Frente a la “escasez” de espacios de albergue seguros y dignos para los migrantes que llegan a la Ciudad de México y ante la limitación a trámites de regularización migratoria, así como el aumento de violencias contra estas personas, ya no es posible hablar de la capital del país como un santuario para esta población, afirmó la organización internacional Médicos Sin Fronteras (MSF).

Advirtió que ha registrado un alza en casos de violencia sexual, cobro de suelo, extorsión y secuestro que victimizan a los migrantes. Detalló que entre enero y junio del año actual MSF detectó 83 casos de violencia sexual, lo cual configura un alza de 80.43 por ciento en comparación con el mismo periodo del 2023, cuando sumaron 46.

A lo anterior, expuso, se tiene el hecho de que “la violencia en cualquiera de sus formas es, con distancia, el principal motivo de consulta para las personas migrantes que se acercan a las clínicas móviles de MSF: el 69 por ciento buscan atención por este motivo”.

Ante este panorama, la organización humanitaria hizo un llamado “enérgico” para que las autoridades capitalinas respondan adecuadamente a las necesidades de esta población.

“La negligencia de las instituciones públicas se convierte en una barrera permanente para que las personas accedan a atención humanitaria, que incluye protección, albergue, los medios básicos de subsistencia y servicios de salud física y mental”, sostuvo Israel Reséndiz, gestor de actividades móviles de MSF.

En un pronunciamiento, expuso que hasta hace un tiempo, los extranjeros que llegaban a la Ciudad de México encontraban un respiro a las hostilidades del viaje por cuenta de la oferta de servicios de salud, albergue y acceso a trámites migratorios que escasean en otras partes del país.

“Hoy en día es todo lo contrario; se ven obligados a vivir en la calle, con grandes limitaciones de acceso a atención sanitaria y sin posibilidades de recibir protección”, lamentó.

Refirió que desde hace varios meses MSF ha denunciado la escasez de espacios de albergue seguros y dignos para la población migrante en la ciudad; sin embargo, “esta situación no ha hecho más que empeorar en los últimos meses”.

Reséndiz indicó que han observado cómo los intentos de las autoridades para atender la situación “han resultado fallidos, como en el caso de la apertura y cierre intempestivo del albergue de Tláhuac en 2023 y de la Casa del migrante en 2024. Al mismo tiempo, los albergues de la sociedad civil se encuentran saturados y con grandes retos para su funcionamiento”.

En este sentido, señaló que tan sólo en el mes de julio, “ante la negligencia institucional de la ciudad para atender las necesidades de la población en movimiento, han proliferado o aumentado la cantidad de personas en los campamentos informales en sitios como la Plaza de La Soledad, colonia La Merced, y El Camellón y Las vías, cerca de la Terminal de Autobuses del Norte”.

En cada uno de estos tres lugares, dijo, se aglutinan aproximadamente entre 800 y mil 200 personas, entre las que se encuentra una gran proporción de niñas, niños y adolescentes, mujeres embarazadas y personas con necesidades en salud, “que son más vulnerables a los efectos negativos de vivir bajo estas pésimas condiciones de hábitat y seguridad”.

Resaltó que esta situación “de abandono institucional se traduce en múltiples afectaciones para el bienestar físico y emocional de las personas migrantes. Quienes carecen de albergue se ven obligados a dormir en la calle, lo cual los hace más propensos a sufrir enfermedades respiratorias, infecciones gastrointestinales y agrava las condiciones crónicas que podrían tener desde su lugar de origen, así como impacta negativamente su salud mental”.

Asimismo, aunado a la incertidumbre de su situación y la separación familiar conlleva al desarrollo de trastornos tales como ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático principalmente. Además, enfrentan una precaria situación de seguridad cuando deberían ser objeto de protección internacional.

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