Montreal. Ministros, empresarios y personalidades canadienses se reunieron este sábado en Montreal para acompañar un funeral de Estado de Brian Mulroney, uno de los primeros ministros más influyentes del país en las últimas décadas, fallecido a finales de febrero a los 84 años.

El féretro de Mulroney, cubierto con la bandera canadiense, llegó a la basílica de Notre-Dame acompañado por miembros de la Real Policía Montada de Canadá, efectivos militares y su familia.

En los últimos días, los canadienses pudieron presentar sus respetos al fallecido líder en Ottawa y Montreal, donde se han velado sus restos mortales.

Portadores del féretro de la RCMP llevan el ataúd funerario del ex primer ministro Brian Mulroney en la Basílica de Notre-Dame en Montreal. Foto Ap.

“Amaba a este país con todo su corazón”, dijo el primer ministro Justin Trudeau durante el sermón fúnebre.

“Y no sólo amaba a Canadá en el sentido abstracto de la palabra. Amaba a los canadienses. Le encantaba escuchar sus historias. Le encantaba conectar con la gente”, acotó.

Este quebequés dejó su impronta en la política canadiense de los años 80, emprendiendo un espectacular acercamiento al Estados Unidos gobernado por el republicano Ronald Reagan que desembocó en la firma de un histórico acuerdo de libre comercio con Washington, ampliado más tarde a México.

Abogado de formación, fue director de empresa antes de entrar en política.

 

Foto AP

Como primer ministro, hizo oír su voz en la escena internacional, liderando la oposición contra el régimen del apartheid en Sudáfrica e irritando de paso a su homóloga británica Margaret Thatcher.

“Nadie puede pronunciar un discurso como mi padre”, dijo su hija Caroline Mulroney, la primera en hablar en su funeral.

A la salida de la basílica de Notre-Dame de Montreal, dieciocho campanazos repicaron para rendir el último homenaje público al 18º Primer Ministro de Canadá antes de celebrarse un funeral privado.

 

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