Pekín. Antes de las 10 de la noche y con una temperatura de 1 grado centígrado bajo cero, se precipitó la nieve sobre la capital china.

Desde un par de días antes, la temperatura ya había descendido por debajo de los cero grados centígrados, y algo de escarcha amanecía en las aceras, pero no se había registrado una nevada en la capital fuera de la madrugada.

El 24 de noviembre las autoridades de la capital emitieron alerta azul por ola de frío —la de menor gravedad—, que conllevaría a un repentino descenso de la temperatura.

Para hacer frente a la acumulación de nieve y hielo, las autoridades locales cuentan con más de 35 mil personas, 5 mil 121 vehículos de limpieza de nieve y más de 4 mil 600 piezas de maquinaria de remoción de nieve.

Dos días antes, la autoridad metereológica de China emitió una alerta amarilla por tormentas de nieve y olas de frío que golpearían sobre todo el noreste del país.

China tiene un sistema de alerta meteorológica de cuatro niveles. La azul representa la de menor riesgo y le siguen amarillo, naranja y rojo, esta última como la situación más grave.

El año pasado, Pekín vivió la ola de frío más prolongada desde que comenzaron los registros en 1951, más de 300 horas en que el termómetro no superó los cero grados centígrados.

La capital china suele tener climas extremos y el otoño suele considerarse como la mejor temporada, el 22 de noviembre, inició la parte intensa del invierno y oficialmente da inicio el solar de Pequeña Nevada.

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