Bucarest. Los ciudadanos de Rumania y Bulgaria celebraron el levantamiento de los controles en las fronteras aéreas y marítimas, después de que ambos países integraron este domingo parcialmente la zona de libre circulación europea.

Tras 13 años de espera, Rumania y Bulgaria se unieron al espacio Schengen, un área de libre circulación creada en 1985 y en la que más de 400 millones de personas pueden viajar sin someterse a controles en las fronteras.

Pese a ser una adhesión parcial, limitada a aeropuertos y puertos marítimos, se trata de un paso con alta carga simbólica.

De momento, los controles se mantendrán por carretera a causa del veto interpuesto por Austria, el único país de la Unión Europea (UE) reacio a que esos dos países se incorporen plenamente a la zona, por temor a una llegada significativa de solicitantes de asilo.

Era una “cuestión de dignidad”, declaró Stefan Popescu, experto en relaciones internacionales radicado en Bucarest.

“Cualquier rumano, al tener que hacer una fila diferente a la del resto de nacionales europeos, sentía que le estaban dando un trato diferente”, comentó a la Afp.

“Esto favorecerá nuestra integración en la UE”, comentó el analista, aludiendo a un “hito importante”, pese a que haya tardado en llegar.

Con la inclusión de Rumania, de 19 millones de habitantes, y Bulgaria, de 6.5 millones, la zona Schengen pasa a tener 29 miembros: 25 de los 27 Estados de la UE además de sus vecinos Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein.

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