Río de Janeiro. Los trabajadores chinos de una obra en construcción en Brasil para una fábrica propiedad de la empresa china de vehículos eléctricos BYD son víctimas del tráfico de personas, afirmaron las autoridades laborales brasileñas, mientras las de relaciones exteriores suspendieron la emisión de visas de trabajo temporales para trabajadores del fabricante chino, en una creciente polémica en el mayor mercado exterior de BYD.
El Ministerio de Asuntos Exteriores dijo que los trabajadores entraron en Brasil con visados de trabajo temporales. Las autoridades laborales habían dicho a principios de semana que los trabajadores habían sido traídos a Brasil de forma irregular y que eran víctimas de la trata de seres humanos.
BYD y el contratista Jinjiang Group acordaron asistir y alojar a los 163 trabajadores en hoteles hasta que se llegue a un acuerdo para poner fin a sus contratos, dijo la Fiscalía del Trabajo de Brasil en un comunicado tras reunirse con representantes de ambas empresas. El breve comunicado no daba detalles sobre cómo habían llegado los fiscales a su conclusión.
BYD y Jinjiang no respondieron inmediatamente a las peticiones de comentarios el viernes. Jinjiang rechazó el lunes la afirmación de las autoridades brasileñas de que los trabajadores de la planta del estado oriental de Bahía trabajaban en “condiciones similares a la esclavitud”.
En un mensaje publicado en las redes sociales por un portavoz de BYD, Jinjiang dijo que la descripción de los trabajadores como “esclavizados” era inexacta y que había malentendidos de traducción.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino dijo el viernes que ha mantenido la comunicación con la parte brasileña para verificar la situación, y añadió que China protege los derechos de los trabajadores y exige a las empresas chinas que operen de acuerdo con la ley.
La creciente influencia china en Brasil
BYD ha estado construyendo la fábrica para producir inicialmente 150 mil vehículos como parte de los planes para comenzar la producción en Brasil a principios del próximo año. Casi uno de cada cinco coches que BYD vendió fuera de China en los primeros 11 meses de 2024 fue vendido en Brasil.
La fábrica se ha convertido en un símbolo de la creciente influencia de China en Brasil y un ejemplo de una relación más estrecha entre ambos países. BYD ha invertido 620 millones de dólares sólo en la instalación del complejo industrial de Bahía.
Brasil lleva tiempo buscando más inversiones chinas. Pero el modelo chino de llevar trabajadores chinos a los países donde invierte supone un reto para la creación de empleo local, una prioridad para el presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
La investigación también atrae una atención inoportuna sobre BYD cuando está tratando de expandirse globalmente tras haber conseguido el dominio en China, el mayor mercado automotor del mundo, donde ahora ocupa más de un tercio del mercado de vehículos eléctricos e híbridos enchufables.
BYD, que este año superará en ventas a Ford y Honda en todo el mundo, ha protagonizado una extraordinaria expansión dentro y fuera del país, aumentando su capacidad y llevando a cabo una contratación masiva. En septiembre, la empresa tenía casi un millón de empleados.