Doha. Los negociadores del acuerdo de alto el fuego en la franja de Gaza y la liberación de rehenes procedieron oficialmente a firmarlo ayer en Doha, capital de Qatar, al tiempo que Tel Aviv continuó su campaña de bombardeos sobre el asediado enclave, donde, pese al pacto, al menos 81 palestinos murieron en 24 horas.

Dos fuentes cercanas a las negociaciones relevaron al portal Axios que el pacto ya fue suscrito.

Horas más tarde, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, indicó que se alcanzó un acuerdo para la devolución de los rehenes en manos de Hamas.

El anuncio se efectuó un día después de que el gobierno israelí informó a la opinión pública que había contratiempos en las conversaciones para liberar a los rehenes a cambio de un alto el fuego en Gaza y la excarcelación de palestinos.

Netanyahu afirmó que convocará a su gabinete de seguridad para este viernes, y luego al gobierno para aprobar el acuerdo.

Los mediadores anunciaron antier que Israel y Hamas habían, por fin, pactado el cese de hostilidades, pero después del anuncio hubo un desacuerdo sobre la lista final de presos palestinos a liberar, aclaró un funcionario estadunidense.

Hamas exigió cambiar a varios palestinos que figuraban en la lista por dirigentes militares del grupo que cumplen múltiples cadenas perpetuas por planear diversos atentados suicidas, según fuentes citadas por Axios.

Anteriormente, Israel había hecho uso del vetoWW, también previsto en el acuerdo, para bloquear la liberación de esos individuos, pero Hamas volvió a insistir en su liberación, a modo de una nueva exigencia en las negociaciones.

En respuesta a los reparos mostrados ayer por Netanyahu, Izzat al Rishq, un alto funcionario de Hamas, afirmó que el grupo está comprometido con el acuerdo, que fue anunciado por los mediadores.

Netanyahu ha enfrentado una gran presión interna para el regreso de las decenas de rehenes, pero sus socios en la coalición de ultraderecha amenazaron con provocar la caída del gobierno si hacía demasiadas concesiones.

Tenía apoyos suficientes en la oposición para aprobar el pacto, pero hacerlo debilitaría al Poder Ejecutivo.

Uno de sus aliados de ultraderecha, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, incluso amagó con renunciar si se adoptaba una tregua con Hamas. Otro, Bezalel Smotrich, publicó antier en la red social X que exigía la certeza absoluta de que Tel Aviv podrá reanudar la guerra más tarde y calificó el pacto de malo y peligroso para su nación.

Cautiverio bajo fuego amigo

El movimiento de resistencia islámica también advirtió que los incesantes bombardeos sobre el enclave ponen en peligro a los rehenes que serán liberados. Cualquier agresión y bombardeo del enemigo podría convertir la libertad de un prisionero en tragedia, declararon en Telegram las brigadas Ezedin El Qasam.

Abu Obeida, portavoz del brazo armado de Hamas, afirmó que un ataque aéreo israelí alcanzó una posición donde se encontraba una rehén, sin dar más detalles sobre su suerte.

Más temprano, Estados Unidos señaló que se mantenía confiado en que el alto el fuego entraría en vigor el domingo, mientras John Kirby, vocero del Consejo de Seguridad Nacional estadunidense, aseguró que el gobierno estadunidense trabajaba con Netanyahu y su equipo para limar asperezas y allanar el terreno.

En ese contexto, la noticia del acuerdo para un alto el fuego generó júbilo en Gaza, pero ayer los habitantes de este asolado territorio palestino se despertaron y constataron los estragos de los incesantes bombardeos israelíes, con columnas de humo sobre los sitios atacados, escombros y pilas de cadáveres amortajados.

Esperábamos la tregua. Era la noche más alegre desde el ataque del 7 de octubre de 2023, sostuvo Said Alush, quien perdió a sus familiares la noche del miércoles, en un bombardeo contra la ciudad de Jabaliya, en el norte del enclave.

De repente nos enteramos de que habían muerto 40 personas, contó. Su tío es una de las víctimas.

La alegría de todo el barrio se tornó tristeza, como si hubiera ocurrido un terremoto.

El portavoz de la Defensa Civil, Mahmud Basal, indicó que al menos 81 personas perecieron en nuevos bombardeos israelíes desde que se anunció el acuerdo para un cese de las hostilidades. De los fallecidos, 20 eran niños y 25, mujeres. Además, al menos 200 resultaron heridos.

En el hospital Naser, de Jan Yunis, periodistas de Afp dieron testimonio de que el personal limpiaba con afán sangre fresca de decenas de camillas.

De los funerales más prolongados de la historia

En la ciudad de Gaza, el centro médico Al Ahli recibió decenas de cadáveres durante la noche, envueltos en mantas de las que sobresalían los pies desnudos de algunos niños.

En esa zona, una mujer acariciaba la cabeza de un fallecido, ya amortajado para ser enviado a su sepultura, totalmente abstraída en medio del vaivén de ambulancias. A su lado, un hombre rezaba en voz baja, con la mano puesta sobre el pecho del difunto.

Mahmud al Qarnawi, un residente del campo de refugiados de Al Bureij, afirmó: los tiros no han parado, los aviones siguen en el cielo y la situación es difícil.

En la ciudad de Nuseirat, el ciudadano palestino Motaz Bakir también se mostró preocupado: Tenemos que permanecer prudentes, pues tememos que durante los tres próximos días los israelíes perpetren un baño de sangre peor que antes.

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