Londres. El Banco Mundial (BM) y otras entidades de desarrollo recibieron un espaldarazo el martes, cuando Fitch declaró que el congelamiento de pagos de deuda de países afectados por desastres climáticos no afectaría a la calificación crediticia de los prestamistas y dejaría de limitar las notas de los nuevos bonos “híbridos”.

El año pasado, el BM y otros prestamistas empezaron a introducir cláusulas de deuda resistente al cambio climático (CRDC), que permiten a los países vulnerables de renta baja aplazar sus pagos hasta dos años si se ven afectados por un huracán, una inundación u otro tipo de catástrofe.

La preocupación de los bancos multilaterales era que las agencias de calificación los consideraran arriesgados, lo que afectaría a las notas triple A que permiten a los bancos asegurarse unos costos de financiamiento lo más bajos posible en los mercados mundiales de préstamos, que ellos luego traspasan.

Sin embargo, en una medida positiva para los bancos, Fitch afirmó que las cláusulas deberían tener un impacto mínimo dada la escala de los balances generales de los bancos.

“La introducción de cláusulas de aplazamiento sería normalmente neutral desde el punto de vista de la calificación”, dijo Fitch, siempre que cuando se activen no causen problemas lo suficientemente grandes como para “afectar a la posición de liquidez de la entidad”.

Arnaud Louis, analista de Fitch, dijo que la definición de su postura sobre las CRDC había abordado una “laguna” en su marco de calificación para los prestamistas multilaterales, dado que se esperaba que las CRDC fueran cada vez más comunes a medida que aumentaba la preocupación por el cambio climático.

Fitch también modificó su enfoque sobre los nuevos bonos “híbridos”, el primero de los cuales fue vendido este año por el Banco Africano de Desarrollo. Están diseñados para tener unos requisitos de colchón de capital más bajos que permitan a los bancos maximizar su capacidad de préstamo.

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