Fráncfort, Alemania. La inflación en la zona euro disminuyó a 2.5 por ciento en junio, frente a 2.6 por ciento de mayo, pero sigue estando por encima de la meta de 2.0 por ciento del Banco Central Europeo (BCE), que no tiene prisa por volver a reducir las tasas de interés tras la tentativa de reducción reciente.

La cifra divulgada el martes por la agencia europea de estadísticas Eurostat, de una disminución con respecto a mayo, fue una buena noticia, luego que la inflación alcanzó una cima de 10.6 por ciento, lo que afectó el adquisitivo de los consumidores y dejó a la economía europea en un crecimiento casi de cero.

Pero hay indicios de que la inflación podría seguir entre 2 y 3 por ciento por un tiempo más. La denominada inflación subyacente (que excluye los alimentos y la energía) se mantuvo en 2.9 por ciento, el mismo nivel de mayo, contra la expectativa de los analistas de mercado, que proyectaban un leve retroceso. Al tiempo que la inflación en el sector de servicios se mantuvo en 4.1 por ciento, sin cambio con respecto al mes anterior.

Entre las principales economías de la zona del euro, Alemania registró 2.5 por ciento, igual que Francia; en España fue de 3.5 por ciento.

La inflación más elevada de la eurozona en junio se registró en Bélgica, con 5.5 por ciento, y la menor en Irlanda, con 1.5 por ciento.

La inflación de la eurozona ha mantenido una trayectoria claramente descendente desde octubre de 2020, cuando alcanzó un máximo de 10.6 por ciento, aunque repuntó ligeramente en mayo, para retomar la tendencia a la baja en junio.

La cautela del BCE para asegurarse de que la inflación esté bajo control ocurre mientras la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha decidido, por ahora, no reducir las tasas de interés.

La presidenta del BCE Christine Lagarde dijo el lunes en un discurso que el banco primero tiene que asegurarse de que la inflación está bajo control antes de volver a reducir la tasa de interés clave, luego que el banco la redujo el 6 de junio a la tasa actual de 3.75 por ciento.

Las altas tasas de interés inhiben la inflación al hacer más caro el tomar dinero prestado para comprar productos o invertir en equipos de fábricas. Ello disminuye la presión sobre los precios, pero también repercute sobre el crecimiento económico. Esa es la cuerda floja en la que tratan de caminar la Fed y el BCE: asegurarse de que la inflación esté bajo control, sin empujar sus economías a una recesión. Aun así, las altas tasas de interés han afectado áreas sensibles al crédito como las ventas de viviendas y la construcción.

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