Ciudad de México. Las ventas de fin de año, que comienzan con El Buen Fin, se empañan con el robo de mercancías que realizan los llamados farderos en comercios y tiendas de autoservicios y departamentales, pues este tipo de prácticas ilegales no solo ha incrementado 11.5 por ciento anual, sino que ahora bandas organizadas involucran a menores de edad y llegan a ejercer violencia, de acuerdo con el Consejo Nacional de Seguridad Privada (CNSP)

En entrevista con La Jornada, Raúl Sapién, presidente del organismo, comentó que si bien El Buen Fin “es un gran aliciente para fortalecer la economía de nuestro país”, también es una época en la que los comercios son más vulnerables a sufrir robos hormiga, pues personas esconden prendas —en particular de mujer—, teléfonos celulares, cosméticos, artículos de higiene personal, juguetes, entre otros productos, entre su vestimenta, cuerpo y bolsos.

“Antes únicamente ingresaba (al establecimiento) una sola persona, un solo fardero, a tomar mercancías, pero hoy ya hay bandas perfectamente organizadas que llegan en multitud para tratar de distraer al personal de seguridad, tratar de inhibir la atención de los monitoristas de cámaras de seguridad y entran otros actores para apoderarse de la mercancías”, dijo Sapién.

Destacó que además de que se han detectado que ya son bandas organizadas, también utilizan a menores de edad para que “guarden” los productos que buscan sustraer, una estrategia que tiene la finalidad de escapar de la ley, pues solo serían consideradas como faltas.

Resaltó que este esquema de robo hormiga, que ha crecido 11.5 por ciento respecto a 2023, también llega a cometerse con violencia por parte de los farderos.

Mencionó que las entidades federativas donde ocurren más este tipo de ilícitos son Aguascalientes, Chihuahua, Jalisco y Veracruz

Refirió que datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) indican que el farderismo representa el tercer delito más frecuente en el sector de comercio.

Comentó que se ha identificado que estas personas aprovechan la temporada de ventas de fin de año para cometer estos ilícitos, dado que hay más personas en los comercios y tiendas.

Anotó que de acuerdo con Inegi, las pérdidas económicas por el robo hormiga ascendieron a más de 50 millones de pesos en 2022 en promedio por negocio es de más de 17 mil 700 pesos anuales.

“Una gran parte de las tiendas departamentales y de autoservicio están perfectamente coordinadas con el CNSP a través de las empresas que les prestan los servicios de seguridad y nosotros a su vez con las autoridades correspondientes para ser reactivos de manera inmediata, siempre bajo un esquema del respeto irrestricto a la protocolos para poner a disposición a una persona entre una autoridad y si se procede a generar la denuncia e integración de la carpeta de investigación correspondiente”, dijo Sapién.

Indicó que si no se denuncia, las personas que cometen este tipo de ilícitos pierden el temor coercitivo de la norma jurídica, no dejan un antecedente y se les puede considerar primo de delincuentes.

Acotó que debido al uso de tecnología por parte de las empresas de seguridad privada, como reconocimiento facial, se ha detectado que estas personas cometen este robo en una parte y unas horas después están cometiendo la misma práctica ilegal en otra tienda de la misma cadena.

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