Ciudad de México. La Cámara de Diputados aprobó esta noche en lo general la reforma constitucional mediante la que se recupera el papel de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como “empresas públicas del Estado” y se define el carácter preponderante de esta última compañía en el sector eléctrico, con respecto a la iniciativa privada.

Después ocho horas de discusión en lo general, el pleno cameral avaló el dictamen por 353 votos en favor de Morena y sus aliados, y 122 en contra de la oposición.

A lo largo del debate, los partidos mayoritarios afirmaron que con esta reforma el Estado recupera la soberanía energética, mientras que la oposición advirtió que se crean “monopolios”, que podrían desincentivar la inversión, la competencia y la modernización en el sector.

Morena defendió que con esta reforma se revierte la que se aprobó en diciembre de 2013, en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

En una discusión que por momentos se volvió ríspida, la recién nombrada presidenta de la Comisión de Energía, Rocío Abreu (Morena), subió a tribuna para defender el proyecto de cambio a los artículos constitucionales 25, 27 y 28, y tildó de “ignorantes” a los diputados de oposición por asegurar que la reforma ahuyenta la inversión.

En ese mismo tono, aseguró que, en el esquema aprobado en la reforma energética de 2013 se establecieron condiciones perjudiciales para la CFE, como obligarla a pagar a las empresas privadas 100 por ciento de la energía eléctrica que estaban obligadas a producir, aunque no cumplieran con dicha cuota.

Además, acusó a las compañías particulares de generar un supuesto “fraude a la ley” con sistemas de autogeneración de electricidad que utilizan la red de transmisión de la CFE sólo para abastecer a grandes empresas trasnacionales, y de negarse a construir infraestructura eléctrica en comunidades aisladas.

En respuesta, la panista Josefina Gamboa Torres recordó, sin mencionarla por su nombre, que la propia Abreu votó en favor de la mencionada reforma la tarde del 12 de diciembre de 2013, cuando formaba parte de la bancada del PRI, y del “billetón que le daban en Campeche”, durante las elecciones de 2012. “Acá tengo los videos”, remachó.

A pesar de la alusión, Abreu no respondió.

Asimismo, señaló que la CFE aplica “dobles cobros” a los ciudadanos, por los subsidios que recibe con dinero público, y por el cobro “carísimo e injusto” que hace por sus servicios. “Esta recua de rateros les están cobrando y están avalando que les sigan cobrando el recibo de la luz dos veces”, enfatizó.

Por otro lado, recordó que, de los 3.6 millones de barriles diarios de petróleo que Pemex se comprometió a extraer en el gobierno anterior, esa cantidad no superó una plataforma de 1.8 millones, y que los excedentes petroleros de 500 mil millones de pesos anuales “es lo que esta sarta de desvergonzados se está clavando junto con los del gobierno que representan”.

La presidenta soy yo

Otro momento tenso se registró cuando la vicepresidenta de la Mesa Directiva, Dolores Padierna (Morena), llamó la atención hasta en cinco ocasiones a la panista María Angélica Granados para que concluyera su intervención en tribuna, al mismo tiempo que la bancada guinda gritaba “¡tiempo!” de manera machacona a la panista para llamarla a terminar.

Al concluir esa intervención, los panistas se quedaron en la tribuna y le reclamaron airadamente a Padierna por apurar a Granados y comenzaron a gritarle “¡fuera, fuera!”. La morenista, irritada con ello, dio un leve golpe sobre el escritorio y les replicó sin micrófono: “¡yo soy la presidenta, discúlpame!”

Más adelante, espetó a los panistas, que seguían gritándole: “¡fuera ustedes, que ya terminó su tiempo en la tribuna! En esta presidencia hay un tiempo que se tiene que respetar; el PAN no está acostumbrado a ello, pero tendrá que acostumbrarse”.

A lo largo de los posicionamientos de cada grupo parlamentario, y de cuatro rondas de intervenciones a favor y en contra de la iniciativa –cada una de 12 oradores en total–, se repitieron los señalamientos de Morena, PT y PVEM, en el sentido de que la deuda de Pemex y CFE se ha reducido paulatinamente, y que con la propuesta de reforma no se deja de lado a la iniciativa privada en la generación de electricidad, pues se le da oportunidad de producir hasta 44 por ciento, por 56 por ciento de la CFE.

En contraste, la oposición recalcó que los cambios frenarían la inversión privada en el sector eléctrico, al no brindarle certeza e imponer el predominio de la CFE; además de perpetuar formas contaminantes de generación de energía y violar las disposiciones de tratados internacionales como el TMEC. “Necesitamos que no haya monopolios y sí competencia, para tener más energías limpias y renovables”, insistieron.

Para reforzar ese mensaje, diputados de MC se colocaron máscaras antigás.
El diputado Julen Rementería avivó los gritos en el pleno, cuando sostuvo que “Pemex es una bomba de tiempo” y acusó a la mayoría en el gobierno: “¡Son una basura para administrar!”

Incluso, sostuvo que, si al ex presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobierno de Peña Nieto “le dejó un país con complicaciones, con una serie de instituciones fuertes, podía hacer las cosas bien. Pero, a pesar de todo, ¡empinó a México! ¡Solo a locos se les ocurre votar algo así!”.

Tras la aprobación del dictamen en lo general, se anunció la presentación de 260 reservas, por lo que se espera que la votación de la reforma en lo particular ocurra en la madrugada del jueves.

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