Ciudad de México. Vivir en el campo es sinónimo de incertidumbre, inseguridad y pobreza, por lo que es apremiante combatir la inseguridad y la delincuencia que en muchas regiones del país priva a los productores del producto de su trabajo, sostuvo el coordinador del Congreso Agrario Permanente (CAP), Amadeo Hernández Barajas.

Dijo que sumado a ello se enfrentan graves problemas ambientales, como es la contaminación del agua y aire, tierras empobrecidas y fenómenos naturales desastrosos que dejan retos descomunales.

Ante ello, dijo en un comunicado, se deben rediseñar los programas de combate a la pobreza, a fin de que las estrategias sociales sean con enfoque productivo, así como desterrar la política asistencialista que sólo busca rentabilidad política y producción de votos. Se debe dar el lugar estratégico que tiene la producción de alimentos y la salud del medio ambiente, indicó.

Sostuvo que hay falta de apoyo a los núcleos agrarios para depurar su padrón de ejidatarios y también hay lentitud en la impartición de justicia, “no hay personal suficiente, no hay recursos materiales y menos económicos. Por ello, es urgente regularizar la tenencia de la tierra agrícola y habitacional, miles de predios de las zonas conurbadas a las ciudades carecen de escrituras que garanticen su propiedad”.

Agregó que se debe restaurar el papel de las autoridades ejidales y comunitarias que, por décadas, mantuvieron a la comunidad rural en paz y participando en la solución de sus problemas, por lo que se requiere un campo equitativo, dotar a las comunidades rurales y a las colonias populares de mejores servicios públicos e infraestructura básica.

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