Ciudad de México. La seguridad vial aún es una emergencia de salud pública en el mundo, pues se estima que 1.3 millones de personas pierden la vida cada año en accidentes viales, es decir, una muerte cada 25 segundo. En el caso de México, implica perder 43 vidas diariamente, es decir, una muerte cada 30 minutos, alertaron especialistas asistentes a la Primera Reunión Regional para América Latina de la Global Alliance of NGOs for Road Safety y la Fundación Aleatica para la Seguridad Vial.

Reunidos en un centrico hotel de Paseo de la Reforma, más de 60 organizaciones no gubernamentales de 20 países de la región lanzaron un llamado a todos los gobiernos de América Latina para garantizar una movilidad segura, impulsando cambios constitucionales o de leyes en la materia, y aplicándotelas una efectiva fiscalización.

Ignacio Ibarra, asesor regional de Derecho Sanitario de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) México, destaca que pese a los esfuerzos de diversos países latinoamericanos por establecer mejores marco regulatorios y garantizar la seguridad, el impacto de las muertes sigue siendo alto.

Tan solo en 2021, indicó, 145 mil 90 personas fallecieron en accidentes de tránsito en el mundo, lo que representa 12 por ciento del total de decesos. A ello se suma, que la región no logró alcanzar la meta de reducir la pérdida de vidas en el primer decenio para impulsar la seguridad vial en el planeta.

Al respecto detalla, que siete países latinoamericanos lograron avanzar en la reducción decesos, como es el caso de México, pero otras 19 naciones retrocedieron, mientras que la tasa de mortalidad se redujo en nueve países, y en igual número de Estados, retrocedió.

Las tasas de mortalidad por cada cien mil habitantes más altas en la región se concentra en Haití, que supera cuatro veces los índices reportados por Canadá, le sigue República Dominicana, Ecuador y El Salvador.

Ibarra reconoció que uno de los más importantes desafíos en la región para la seguridad vial, es la regulación en el uso de motocicletas, pues su uso se disparó de 12 a 27 por ciento, en tan solo una década. Tan solo en la región de Mesoamericana, que incluye a México, pasó de 6 por ciento de uso en 2009 a 18 por ciento para 2023, en el uso de cualquier vehículo automotor.

Otro desafío es la prevención de lesiones no fatales, pues afirmó que en promedio por cada defunción, “hay al menos 28 personas lesionadas, de las cuales 4.4 son lesiones graves”.

Por ello, las organizaciones agrupadas en distintas coaliciones, llamaron a los gobiernos de la región a tener mecanismos efectivos para vigilar el cumplimiento de la normatividad vigente, en particular en el control de la velocidad máxima, pero también a tener metas a corto, mediano y largo plazo, así como un mecanismo claro de indicadores, que permitan evaluar su impacto en la sociedad.

 

 

 

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