San Sebastián. El documental Tardes de soledad, del cineasta catalán Albert Serra, se proclamó con la Concha de Oro en la 72 edición del Festival de San Sebastián, que entregó ayer los galardones del Zinemaldia, en una celebración en la que se reinvindicó al cine argentino, una industria que se está destruyendo con el gobierno de Javier Milei.

Serra agradeció el premio al jurado y al festival por haber seleccionado su película y a los protagonistas de la cinta por su apertura de mente y su accesibilidad. Fue un privilegio, un honor y hay que agradecerles que nos hayamos podido acercar a ese grado de intimidad, con una gente que es bastante singular, afirmó.

La película tiene un lado genuino que no se puede encontrar en tantas otras y que sólo el cine de autor, con un carácter un poco osado, se puede atrever a ir hasta el fondo de cualquier cuestión, incluida esta, declaró.

El cineasta supo manejar las polémicas iniciales del Partido Animalista Con el Medio Ambiente (Pacma) que acusaban a la producción de humanizar una práctica violenta y que pidieron su retirada. En su documental, Serra acompaña al torero Roca Rey en su duelo con cinco toros, durante varias faenas en las que también se ve cómo son sus trayectos de ida y vuelta con su cuadrilla.

El premio lo entregó la presidenta del jurado Jaione Camborda, que defendió el poder artístico de la película y el poder del arte para generar movimiento. Esta obra nos permite reflexionar sobre los límites de la creación artística, sobre el miedo y la brutalidad, sobre la tradición y la masculinidad, entre otros muchos aspectos, señaló.

La actriz Itziar Ituño y el actor Malcolm Treviño-Sitté fueron los encargados de presentar la gala de clausura que se desarrolló en el Palacio de Congresos Kursaal de San Sebastián.

En la categoría mejor interpretación protagonista, el galardón fue para Patricia López Arnaiz por su actuación en la película Los destellos, de Pilar Palomero.

La Concha de Plata a la mejor interpretación de reparto se la llevó Pierre Lottin, por Cuando cae el otoño, del director François Ozon, en la que se aborda las relaciones tóxicas familiares, en especial las de las madres y sus hijos. Una cinta que también se llevó el premio del jurado al mejor guion.

En esta edición se otorgó un galardón ex aequo, como ya viene pasando en los pasados años. El jurado dio la Concha de Plata a la Mejor dirección a On falling, de Laura Carreira, que en su ópera prima realizó un retrato social que explora la lucha por encontrar sentido a la vida, y El llanto, de Pedro Martín Calero protagonizada por Ester Expósito, y que refleja la problemática de la violencia machista.

Por otro lado, el Premio especial del jurado seleccionó a The Last Showgirl, de Gia Coppola y protagonizada por Pamela Anderson, quien encarna a una experimentada bailarina que debe planificar su futuro cuando su espectáculo cierra abruptamente tras una carrera de 30 años; y el Premio del Jurado a la mejor fotografía fue a parar a Bound in heaven, de la cineasta china Xin Huo, que narra la historia de un enfermo terminal y una mujer atrapada por la violencia.

En total fueron 16 las películas que participaron a concurso y que se proyectaron desde el pasado viernes cuando se inauguró el certamen con la erótica Emmanuelle‘de Audrey Diwan.

Reinvindicaciones contra políticas

A los premios ya mencionados se sumaron los de Horizontes Latinos para la coproducción Argentina-México-España-Dinamarca-EU, The jockey, de Luis Ortega y protagonizada por Nahuel Pérez Biscayart, Úrsula Corberó y el mexicano Daniel Giménez Cacho.

El actor argentino enalteció al cine patrio y recordó que las películas de aquel país siempre han contado con la ayuda del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales.

Pérez Biscayart declaró: Este premio demuestra una vez más que el cine argentino se mueve, gusta, se exporta y no sólo eso, agrega valor, atrae inversiones y deja dinero en el país. El gobierno sólo ve las cosas con ojos mercantilistas.

El festival quiere recordar al mundo que una vez más el cine se convierte en un acto de desafío y resistencia frente a aquellos que quieren acabar con la cultura, dijo Malcolm Treviño-Sitté.

En cuanto al Premio del Público Ciudad de Donostia, la película con mayor puntuación fue Por todo lo alto, de Emmanuel Courcol, mientras que el Premio del Público a la Mejor película europea recayó en The seed of the sacred fig, de Mohammad Rasoulof, al ser una producción alemana, francesa e iraní.

El premio lo recogió la actriz iraní Masha Rasoulof, que señaló que el galardón lo hace más valioso por venir del público y celebró que hayan premiado a una cinta con tanto esfuerzo y tantas limitaciones en Irán. Mi país está en un momento muy difícil y con muchas restricciones, lamentó.

Resto de premiados

En la categoría Zabaltegui-Tabakalera se seleccionó a la cinta April, de Dea Kulumbegashvilli, y el premio New Directors a Bagger Drama, de Piet Baumgartner.

La película All we imagine as light, de la realizadora india Payal Kapaldia, recibió el Premio TVE/Otra Mirada. Además, el premio Irizar de Cine Vasco fue para Chaplin, espíritu gitano, de Carmen Chaplin.

El jurado de la Sección Oficial –que otorga la Concha de Oro, las tres Conchas de Plata y los premios a mejor guion y fotografía– estuvo formado por la directora Jaione Camborda, última ganadora de la Concha de Oro por O Corno, la escritora y periodista argentina Leila Guerriero, el actor Fran Kranz, el director griego Christos Nikou, el cineasta austriaco Ulrich Seidl y la productora francesa Carole Scotta.

Los galardones que fueron entregados ayer se suman a los reconocimientos honoríficos de esta edición: el Premio Donostia para Pedro Almodóvar, Javier Bardem y Cate Blanchett.

Compartir
Exit mobile version