Buenos Aires. Más de 60 heridos, entre ellos periodistas, camarógrafos, fotógrafos, así como detenidos, cuya cifra se desconoce, fue el resultado de una brutal represión de las fuerzas de seguridad hoy jueves, que emplearon balas de goma, gas pimienta, gases lacrimógenos, y chorros de agua a presión, contra una manifestación pacífica en rechazo al paquetazo del presidente ultraderechista, Javier Milei.

En la movilización participaron jubilados, que fueron golpeados, uno de los cuales cayó y fue rescatado por sus compañeros, además de agresiones de los efectivos a diputados de la opositora Unión por la Patria y otros bloques de la oposición que intentaron hablar con los jefes del operativo para detener la violencia.

En un momento incluso hubo tiroteo entre los propios policías que dispararon indiscriminadamente. Fue evidente el desproporcionado número de uniformados, que continuaron cuando prácticamente quedaron los últimos grupos de manifestantes.

Se aplicó el Protocolo Antipiquetes elaborado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que es considerado ilegal por organismos internacionales porque viola las normas locales y los derechos humanos.

Ayer por la mañana fueron liberadas cuatro jóvenes de la Unión Cívica radical (UCR), que estaban sentadas cantando el himno nacional, y fueron llevadas antenoche por policías con una violencia que indignó a muchos. Denunciaron maltratos, además las tuvieron en una camioneta dando vueltas por la ciudad sin que se les dijera adonde estaban y luego de una horas detenidas las liberaron ayer gracias a gestiones de sus abogados.

Anoche, una jubilada de más de 70 años, explicaba a los periodistas la situación de incertidumbre que viven.“Nosotros los jubilados no vivimos, subsistimos. Pasamos de trabajar toda nuestra vida a ser de una clase de olvidados y ya ahora ni siquiera sabemos qué preparan contra nosotros. El hambre también mata, el hambre es una violencia tan grande como esto que estamos viendo hoy”, sostuvo.

Dentro del Congreso, en esos momentos los diputados estaban nuevamente debatiendo la llamada ley ómnibus, o ley de bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos (ley ómnibus), que precisamente apunta a todo lo contrario. Milei solo cuenta con 38 de 257 diputados, pero cuenta con el apoyo de la derecha liderada por el ex presidente conservador Mauricio Macri (2015-1019).

Al conocer en el recinto lo sucedía afuera, el presidente de la bancada de la peronista Unión por la Patria, Germán Martínez, solicitó un receso. No se concedió, por lo cual los diputados de ese bloque y otros opositores salieron del recinto.

La diputada Carla Carrizo, de la UC, expresó su emoción ante la solidaridad de sus compañeros frente a la dura amenaza que sufrió en las afuera del Congreso cuando fue atacada por militantes “libertarios” afuera del palacio legislativo.

La diputada peronista Myriam Bregman contó a periodistas que unos 40 legisladores dijeron al encargado del operativo que “no se puede seguir con esta represión”. En respuesta: “nos tiraron gases, nos pegaron, nos empujaron, nos tiraron las motos encima”, relató y acusó a Bullrich se “jugar a a la guerra civil”.

En contraste, el diputado oficialista Alejandro Finocchiaro acusó a los opositores de prácticas dilatorias. “Afuera no hay trabajadores, porque si fueran trabajadores no estarían 48 horas al pedo (sin nada que hacer) en la plaza” del Congreso.

Mientras, el gobierno continuaba hasta las últimas horas con su política de negociaciones extorsivas con gobernadores y legisladores para tratar de que se firme el dictamen de la ley ómnibus.

La hermana del presidente Javier Milei y secretaria general de la presidencia, Karina Milei, llegó al Congreso para instalarse en un palco junto al vocero presidencial Manuel Adroni, que ni siquiera salió del recinto para conocer al situación de los periodistas heridos.

A pesar de todo lo actuado, amenazas, presiones del gobierno para lograr el objetivo de que le voten la ley que contiene puntos de inusitada gravedad institucional no han logrado consenso, aún cuando han aceptado cambios, que para Milei eran hasta ahora inaceptables.

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