Ciudad de México. En casi 50 años que tiene en el futbol, la carrera del seleccionador mexicano Javier Aguirre incluye episodios marcados por el descenso, finales de clubes y torneos internacionales, además de situaciones insólitas como la patada a un jugador de Panamá, en la Copa Oro 2009, y la conferencia de prensa en la que utilizó una gorra blanca, mantuvo la cabeza abajo y aceptó la superioridad de Argentina en el Mundial de Sudáfrica 2010.

“Ya son muchos años, estoy muy madreado”, dice horas antes de enfrentar a Estados Unidos por el título de Concacaf. “He dirigido mil partidos, miles de conferencias y la gente se acuerda de eso. Son manchitas de la carrera, pero me da tranquilidad la experiencia que ya tengo, puede llamarse madurez. Estoy en un momento de mi vida muy tranquilo”. 

Aguirre recuerda durante la conversación que en el mismo NRG Stadium, en Houston, golpeó con el pie al panameño Ricardo Phillips desde su zona técnica hace 16 años. Aquella acción desató un conato de bronca, obligó su expulsión y diferentes sanciones de parte de la Federación Mexicana de Futbol y Concacaf. “No sabía que fue en este estadio”, aclara, pero a la vez repasa los consejos que su esposa Silvia le da sobre cómo comportarse al frente del banquillo.

“Le preocupa que esté tranquilo, que no haga aspavientos. Me dijo que en México se encontró a un árbitro muy simpático que le dijo: ‘ponga a su marido a lavar los trastes, porque da mucha lata y eso le resta energía’. Y tiene razón. Tengo que ser un ejemplo para mis jugadores. Decía Miguel Mejía Barón que nos preocupan más los jugadores que no juegan, que los que sí, y es verdad”.

El partido contra Estados Unidos no sólo define al campeón de la Copa Oro, sino también es el último de carácter oficial que tendrá México antes del Mundial 2026. “No soy quién para determinar la importancia que tiene”, afirma sobre quienes cuestionan el valor de ganar un trofeo en la zona en comparación con otras regiones.

“Esa narrativa se la dejo a quienes estudiaron para esto. Yo me dedico a entrenar y a estar dentro del mundo de futbol desde hace 50 años. No me soprende ya nada”. 

De acuerdo con la Concacaf, cerca de 60 mil personas aseguraron ya sus asientos en el NRG Stadium (con capacidad para 72 mil 220 espectadores). Por primera vez, los organizadores designaron como sede del último encuentro a la ciudad de Houston, donde esperan que una multitud de aficionados mexicanos copen las gradas.

“Siempre va a ser un reto ganar por lo que representa México. Estamos conscientes de lo que pasa fuera del futbol, queremos brindarnos y darle una satisfacción a esa gente”, menciona el portero del América, Luis Ángel Malagón, titular desde el inicio de la competencia en junio pasado. 

 

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