Ciudad de México. La bancada del Partido del Trabajo en la Cámara de Diputados denunció que Morena y la secretaría general emprendieron el despido masivo de 700 empleados, incluido personal del servicio de carrera, para colocar a “amigos y cuates”.
En conferencia de prensa, incluso la diputada Margarita García expresó: “Basta de meter a las novias y a las amantes. Que las plazas sean para personal con experiencia, no personas con cara bonita”.
A la conferencia asistieron trabajadores despedidos, algunos incluso con más de 20 años de antigüedad, a quienes el diputado Emilio Manzanilla Téllez, recomendó unidad y realizar medidas de presión: “Organícense. ¡Cierren la cámara! Nosotros los respaldamos”.
Margarita García responsabilizó al coordinador de Morena, Ricardo Monreal, al secretario general de la cámara, Mauricio Farah “y a todo el equipo que se trajo, junto con sus mañas”, de ordenar el despido masivo, que se ordenó de 50 trabajadores por área.
Explicó que ha buscado en distintas ocasiones a Farah, pero que ya no le contesta el teléfono.
Informó que el personal despedido le solicitó intervenir ante el recorte masivo de personal, que se realiza “de manera injustificada bajo el argumento absurdo de que, por ser empleados de confianza, necesitan sus plazas. O bien bajo el pretexto de restructuración de plantilla de personal, lo cual es mentira ya que vemos que, así como despiden a personal, están contratando de nuevo ingreso”.
A algunos trabajadores el fin de la relación laboral se les ha comunicado por teléfono e incluso en día inhábil.
Los despidos, insistió la legisladora, se aplican con “la complicidad de los sindicatos charros” de la cámara.
“Están jugando con el patrimonio de cientos de familias, trabajadores que tienen hasta 20 años de servicio, trabajando sin una certeza y estabilidad laboral, bajo el invento de nombramientos fuera del reconocimiento legal y suplicando por una base a la cual en términos de la Ley tienen derecho”-
Sin embargo, “a cambio de esas súplicas de reconocimientos de sus derechos son condenados a la incertidumbre y, en algunos casos, ponen en riesgo incluso derechos sociales como la jubilación ya que, como podrán imaginar, hay compañeros que con esos 20 años de servicios estaban próximos a su retiro”.