Reunir de nueva cuenta a dos de los artistas que a principios de los años 50 impulsaron una revolución en el aspecto artístico y el medio cultural de México es la motivación principal de la exposición Gironella y Vlady: Los pintores del tiempo, inaugurada ayer en el Centro Vlady de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), donde permanecerá hasta el 22 de noviembre.

Está conformada por más de 60 obras (pinturas, collages, grabados, cuadernos, cajas y dibujos, así como material bibliográfico y hemerográfico), de entre las que destacan piezas inéditas del pintor ruso-mexicano, en específico una pintura inconclusa en gran formato y 12 pequeños grabados impresos en un solo pliego.

Además del acervo de ese centro de documentación y experimentación museográfica, también se exhiben piezas de las colecciones de la familia Brodziak de los Reyes y de la pintora Carmen Parra y su hijo, Emiliano Gironella, así como tres grabados donados por la soprano Amparo Cervantes.

De acuerdo con Fernando Gálvez de Aguinaga, curador de la muestra junto con Silvia Vázquez Solsona y Tonatiuh Gallardo, ésta tiene el propósito, además del rencuentro entre ambos artistas, de mostrar los caminos que exploraron en lo individual, así como sus confluencias.

Nuevas maneras de abordar temas sociales

Una de las convergencias que destaca es que Vladimir Viktorovich Kibálchich Rusakov, más conocido como Vlady (1920-2005), y Alberto Gironella (1929-1999), lejos de las acusaciones de los muralistas y el Taller de la Gráfica Popular (TGP) por separarse de los lineamientos de la estética dominante en la primera mitad del siglo XX, no abandonaron los temas sociales.

En cambio, buscaron otras maneras de abordarlos, explica el también coordinador del Centro Vlady. “Por ejemplo, es muy curioso cómo a pesar de que se separan en cierto momento, Vlady y Gironella se rencuentran en el zapatismo contemporáneo, el del alzamiento en Chiapas en 1994.

La Revolución Mexicana también era un interés en común, lo mismo que Emiliano Zapata. Ellos querían separarse en su momento del ámbito del nacionalismo y del muralismo, pero no por la temática, sino por la libertad de decidir cómo, cuándo, en qué estilo y forma expresarse, y qué temas abordar.

Apunta que Gironella se fue volviendo cada vez más objetual; incluso, algunos especialistas aseguran que obras como Homenaje a Picasso se adelanta a la del estadunidense Robert Rauschenberg (1925-2008), uno de los principales representantes del pop art en su país.

“Entonces, lo que se ve es que, a pesar de que no se ha concientizado, las propuestas iconoclastas de Gironella, que retoman el dadaísmo, el surrealismo, a Duchamp y demás, se vuelven centrales para el arte contemporáneo mexicano. Mientras Vlady toma el camino de la pintura y se torna central para la otra rama de artistas gráficos: dibujantes, pintores…”, prosigue Fernando Gálvez en entrevista.

Sin embargo, a pesar de ser dos de los pilares del arte moderno mexicano de la segunda mitad del siglo pasado, no tuvieron o no han tenido la fama, la proyección ni la difusión de otros artistas, como Manuel Felguérez, Francisco Toledo, que era un poco más joven; los hermanos Coronel o Vicente Rojo.

Otro aspecto que se resalta en la muestra no es sólo el interés de Vlady y Gironella por la vanguardia, sino su faceta de estudiosos de la pintura del pasado, de los grandes maestros clásicos, como Velázquez, Goya y Rembrandt, por mencionar algunos.

En especial, a Gironella le interesaba mucho la pintura española, por su raigambre ibérica, mientras Vlady tenía una mirada sobre otros artistas. Entonces, lo que plantean Silvia y Tonatiuh en la exposición es que los dos son los pintores del tiempo, porque en sus trabajos se aprecia un amplio arco temporal, apunta el especialista.

En dicho arco, precisa, puede encontrarse a Velázquez en cuadros de Vlady alusivos a Las meninas y personajes de la nobleza española, pero también el arte moderno con el homenaje que Gironella hace a Picasso, así como con su obra surrealista, además de la manera en que ambos presentan elementos del arte contemporáneo.

Surrealismo y edición

Estructurada en dos núcleos –el primero dedicado a la obra de ambos creadores, y el segundo a la relación que tuvieron con el surrealismo y el ámbito editorial–, Gironella y Vlady: Los pintores del tiempo tiene por motivación inicial y central que ambos, al lado de Héctor Xavier y Joseph Bartolí, generaron una revolución en el aspecto artístico y el medio cultural mexicano al abrir en 1952 la Galería Prisse, subraya Fernando Gálvez.

En ese recinto, que era casa de Vlady, realizaron muestras de artistas que salían de la estética dominante de entonces y que no tenían espacios para exponer y expresarse en lo institucional ni en las galerías.

Todo estaba dominado por el muralismo, la estética nacionalista; entonces, ellos abrieron ese sitio, el cual se convirtió, además, en un detonador de esa generación de las artes plásticas que luego vamos a conocer como La Ruptura. Allí tuvo su primera exposición, por ejemplo, José Luis Cuevas. Pero no sólo eso, sino que se convirtió en punto de tertulia y reunión también para escritores de lo que sería la generación de la Casa del Lago, así como para teatreros y cineastas. Allí se gestó una nueva generación.

Ubicado en Goya 63, colonia Insurgentes Mixcoac, el centro de la UACM prosigue con esta muestra las celebraciones por el nombramiento como monumento artístico de la obra de Vlady, efectuado en 2023.

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