La administración entrante de Donald Trump está planeando una redada migratoria a gran escala en Chicago, programada para comenzar el martes posterior a su toma de posesión y extenderse durante toda la semana, según revelaron fuentes al Wall Street Journal. La operación sería el primer paso en la prometida campaña de deportaciones masivas del presidente electo.
El diario estadunidense reportó que se espera que entre 100 y 200 agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) participen en la redada, enfocándose en inmigrantes con antecedentes penales, incluidos delitos menores que la administración Biden no persiguió. Las fuentes añadieron que cualquier persona sin documentos presente durante un arresto también sería detenida.
Chicago fue seleccionada debido a su gran población inmigrante y al enfrentamiento público entre Trump y el alcalde demócrata Brandon Johnson. La ciudad, conocida por adoptar políticas progresistas y ser una “ciudad santuario”, se convirtió en un símbolo de los ataques republicanos contra el progresismo, reportó el Journal.
Tom Homan, designado jefe fronterizo de la nueva administración, pareció anticipar la redada durante un evento reciente en Chicago. “Vamos a empezar aquí mismo, en Chicago. Si el alcalde no quiere ayudar, que se aparte. Si nos impide el paso, lo procesaré”, declaró Homan.
Desde agosto de 2022, más de 51 mil migrantes han llegado a Chicago, enviados por el gobernador de Texas, Greg Abbott, como parte de su estrategia para presionar a las ciudades del norte. Dicho flujo ha puesto a prueba el presupuesto de la ciudad y se convirtió en un tema delicado para los demócratas durante la Convención Nacional del partido.
Se anticipa que otras ciudades con grandes comunidades inmigrantes, como Nueva York, Los Ángeles, Denver y Miami, también podrían enfrentar redadas específicas en el futuro cercano, intensificando la tensión en torno a las políticas migratorias de la administración Trump.