Franja de Gaza, Territorios Palestinos. Miles de civiles permanecen atrapados este sábado en condiciones humanitarias desastrosas, bajo la lluvia y con frío, en la franja de Gaza, donde los combates entre las fuerzas israelíes y los milicianos de Hamas siguen devastando el sur del enclave palestino.
En el asediado territorio, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) está en el punto de mira de las autoridades israelíes, que afirman que algunos de sus empleados estuvieron implicados en el sangriento ataque de Hamas del 7 de octubre que desencadenó la guerra.
Israel quiere “asegurarse de que la UNRWA” no tenga ningún papel en Gaza tras el conflicto, declaró el sábado el jefe de la diplomacia, Israel Katz. El movimiento islamista palestino Hamas denunció “amenazas” israelíes contra la agencia.
Estados Unidos anunció el viernes que suspendía temporalmente su financiación a la UNRWA, a lo que le siguieron el sábado Australia, Canadá e Italia. La Autoridad Palestina instó a los contribuyentes a dar marcha atrás en sus suspensiones, pidiendo “el máximo apoyo a esta organización internacional”.
La alarma se centra actualmente en Jan Yunis, la ciudad más grande del sur de Gaza y cuyos dos principales hospitales, donde miles de desplazados se refugiaron, apenas funcionan en medio de la implacable ofensiva.
Según testigos, la localidad volvió a ser escenario de violentos enfrentamientos el sábado, y el Ministerio de Salud gazatí, gobernado por Hamas, afirmó que 135 personas murieron durante la noche.
Más al sur, cientos de miles de civiles se agolpan en Rafah, cerca de la frontera con Egipto. Según la ONU, más de 1,3 millones de personas viven hacinadas en esta pequeña zona.
En total, la ONU asegura que unos 1.7 millones de civiles abandonaron sus hogares desde el comienzo de la guerra.
Sin embargo, Rafah tampoco se libra de las bombas. “No hay ningún lugar seguro en la Franja de Gaza. Todo lo que se dice es falso”, contó el sábado Mohamed Al Chaer entre las ruinas de su barrio, devastado tras un nuevo ataque.
Durante la noche, las lluvias torrenciales inundaron los campos de desplazados, que intentaban salvar sus escasas pertenencias en medio del barro, según imágenes de la AFP.
“Las fuertes lluvias inundan a miles de desplazados en Rafah, Jan Yunis”, así como en Nuseirat, Deir al Balah y la ciudad de Gaza, más al norte, declaró el portavoz de Protección Civil, Mahmud Basal.
La guerra estalló el 7 de octubre, con la incursión de comandos islamistas que provocaron la muerte de mil 140 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a cerca de 250 en el sur de Israel, según un balance de la AFP a partir de datos oficiales israelíes.
Las acciones de represalia, con bombardeos incesantes y acciones terrestres en Gaza, dejaron hasta el momento 26 mil 257 muertos, en su mayoría mujeres, niños y adolescentes, según el Ministerio de Salud de Hamas.
“Disparos masivos de tanques apuntan desde la mañana a los sectores occidentales de la ciudad, al campo de refugiados de Jan Yunis y a los alrededores del hospital Nasser”, donde provocaron “un corte de electricidad”, informó el sábado Hamas.
En este hospital, el más grande de la ciudad, Médicos Sin Fronteras afirmó que la capacidad quirúrgica es “casi inexistente” y que “el escaso personal médico que permanece” está falto de material.
La Organización Mundial de la Salud indicó que 350 pacientes y unos 5 mil desplazados se encuentran allí. El sábado, la Media Luna Roja palestina volvió a condenar el asedio “por sexto día consecutivo” de su hospital, Al Amal, por parte del ejército israelí.
Israel acusa a Hamas de haber excavado túneles bajo los hospitales de Gaza y de utilizar esos edificios como centros de mando.