En México, el consumo de pavo por persona al año es apenas de 1.25 kilogramos, mientras que en el mismo periodo ingiere un promedio de 33 kilos de pollo, según datos de la Unión Nacional de Avicultores, lo cual demuestra que los mexicanos sólo comen pavo en época de Nochebuena.

Al respecto, el coordinador del Centro de Enseñanza, Investigación y Extensión en Produccción Avícola de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, Jorge Miguel Iriarte, señaló que este bajo consumo es porque sólo 6 por ciento de esas aves son criados en México y el resto proviene de Estados Unidos, Brasil, Chile y Canadá.

“Es una carne magra y de fácil digestión, cualidades que lo convierten en una recomendación frecuente de los nutriólogos. Su bajo contenido de grasa, alto aporte proteico y reducido nivel calórico, lo hacen ideal para una dieta equilibrada y saludable”, destacó el especialista de la universidad nacional.

Sin embargo, el problema es que el precio no es accesible para la población en general y por ello no es difícil que su consumo sea más frecuente, ya que el kilo de pavo cuesta alrededor de 150 pesos y el kilo de pechuga cerca de 110 pesos, los cuales son factores que se suman a que en los últimos años hubo escasez para su crianza, a causa de la presencia de la gripe aviar en Estados Unidos.

Comentó que en la facultad este año pudieron producir 400 pavos, el año pasado apenas fueron 300 y en 2022 sólo pudieron producir 150, lo cual es un indicio de que se está restableciendo el poder adquirir aves.

El académico explicó que Yucatán es el principal productor, le sigue Puebla, estado de México, Veracruz y Tabasco y por ello es que el consumo en esas entidades es mayor.

También conocido como guajolote, el pavo es nativo de América del Norte: de México y Estados Unidos, puntualiza el universitario. Esta especie fue llevada a Europa donde se mejoró genéticamente y luego fue reintroducida por los ingleses a la Unión Americana, donde se hizo importante con el Día de Acción de Gracias.

Actualmente lo que se come es el pavo doble pechuga, el cual fue optimizado para criarse de manera más eficientemente, en aproximadamente tres meses.

Al guajolote se le identifica como “criollo o nativo” y tarda de cinco a seis meses en engordar para tener un tamaño apto para el consumo. “También es carne magra, nutricionalmente pavo y guajolote son similares. Lo que cambia en el pavo es la coloración, son animales negros y al quitarles las plumas llegan a verse puntos negros que no son llamativos”, asegura el académico de la FMVZ.

El guajolote se cría principalmente para el autoconsumo, a pequeña escala. Sin embargo, considera importante rescatar su crianza, como parte de la producción nacional de aves.

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