Convencido de que siempre se disfruta mejor una obra si se cuenta con varias (o muchas) versiones de la misma, el traductor mexicano José Luis Rivas presenta una nueva edición del libro Poesía reunida (1909-1967) de T. S. Eliot, coeditada por las universidades Veracruzana (UV) y Autónoma Metropolitana (UAM).

“En buena medida, los libros de otras lenguas que conocemos y nos impactan no son sino el producto de inevitables y sabrosas traiciones”, agrega el también poeta, quien recuerda en entrevista con La Jornada que llegó a la obra del Nobel de Literatura 1948 por la lectura de El arco y la lira, de Octavio Paz, a los 17 años, donde encontró una serie de pistas acerca de los poetas que era importante conocer.

Más tarde, añade, “en mi época de estudiante de filosofía en la UNAM, el único título accesible en español de Eliot era La tierra baldía, en traducción del profesor Ángel Flores. Sólo después pude hacerme de otro libro del autor estadunidense-británico, que se titulaba sencillamente Poemas, y había sido publicado en 1940 por Ediciones Taller”.

Esta última obra antológica incluía, además de La tierra baldíaEl canto de amor de J. Alfred PrufrockLos hombres huecos, Marina, Un canto para Simeón y Miércoles de ceniza, traducidos respectivamente por Rodolfo Usigli, León Felipe, Juan Ramón Jiménez, Octavio G. Barreda y Bernardo Ortiz de Montellano.

La lectura de esos poemas, por su diversidad temática y de tratamiento, intensificó a tal punto mi inclinación por la poesía de Eliot que deseé conocer el conjunto de su obra, y como no existía en nuestra lengua una traducción, emprendí la muy larga tarea de irla traduciendo paso a paso.

Los esfuerzos de Rivas se vieron concretados en 1990, cuando bajo el sello de la UAM publicó su primera versión de la Poesía completa de T. S. Eliot, que recibió el premio Xavier Villaurrutia correspondiente a ese año.

A finales de 2023, el poeta y traductor se enteró de la posibilidad de publicar una nueva versión, esta vez coeditada por la UV y la UAM, y me puse a trabajar denodadamente. Es la versión que ahora ve la luz.

El mayor desafío de traducir a T. S. Eliot, consideró Rivas, es su estilo denso, cargado de referencias culturales, religiosas y literarias.

Detalló que La tierra baldía, señaladamente, es una galaxia ingente de citas y alusiones. El título elegido por Eliot implica, aparte de las obras de Jessie Weston y Thomas Malory (consignadas en las notas que el autor puso al final de su poema), un pasaje de las Confesiones de San Agustín, un poema titulado también The Waste Land ¡escrito por el poeta Madison Cawein! y una obra de Charles Dickens.

Rivas agregó que tradujo los poemas tal y como son, muchos de ellos de enorme complejidad. “A quien desee llegar a la entraña del universo de Eliot no le queda más que procurarse una serie de guías que iluminen su lectura, como A Guide to The Selected Poems of T. S. Eliot, de B.C. Southam, o la magnífica y acuciosa edición bilingüe de La tierra baldía, firmada por Viorica Patea y editada en Madrid por Cátedra en 2005”.

Sobre la musicalidad y ritmo poético de Eliot, el traductor veracruzano señaló que al trabajar en ellos no siguió ningún esquema métrico predeterminado. He tenido presente en todo momento que mis versiones de los poemas de Eliot resulten también otros tantos poemas en español, sin menoscabo de las peculiaridades propias de su lengua originaria.

El poema Los coros de La Roca fue especialmente difícil de traducir, “por mis personales inclinaciones ácratas, dionisiacas y espinosistas.

“La única forma de no traicionar un texto poético es dejarlo en su texto original. Pero hay obras como La Ilíada, de Homero, que ha dado lugar a una impresionante biblioteca de traiciones”.

Sobre los criterios para decidir cuándo mantener una traducción literal y cuándo adaptarse al espíritu del poema, Rivas expresó que no encuentra ninguna razón para hacer lo primero en un poema, salvo cuando incluye frases propias de la conversación diaria, refranes y expresiones afines: Las traducciones literales, en mi opinión, sólo tienen razón de ser cuando se trata de lecciones para la enseñanza de una segunda lengua.

Thomas Stearns Eliot, conocido como T. S. Eliot (1888-1965), fue también crítico literario. Para muchos especialistas, su obra representa la cumbre de la poesía en lengua inglesa del siglo XX.

Nació en Estados Unidos y en 1914, a los 25 años, se trasladó al Reino Unido. Se hizo ciudadano británico en 1927. Acerca de su nacionalidad y del papel de ésta en su trabajo, solía decir que su poesía no habría sido la misma si hubiese nacido en Inglaterra, y tampoco si hubiese permanecido en Estados Unidos. Es una combinación de cosas. Pero en sus fuentes, en sus corrientes emocionales, viene de Estados Unidos.

En 1948 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura por su contribución sobresaliente y pionera a la poesía moderna.

Mañana desde la ventana

Los platos del almuerzo chocan en cocinas de entresuelo,
y por las aceras pisoteadas
reparo en las almas húmedas de las sirvientas
brotando desalentadamente de los portones de servicio.

Pardas oleadas de niebla me lanzan al desgaire
desde el fondo de la calle rostros contorsionados,
y arrancan de una que pasa con la falda enlodada
una sonrisa sin más que planea en el aire
y se deshace cuando roza los tejados.

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