El Monterrey volvió a poner la mira en el campeonato. Tras cinco años de decepcionantes campañas, la franquicia con la segunda nómina más alta de la Liga Mx –86.8 millones de dólares, según el sitio especializado Transfermarkt– avanzó a la final al imponerse 5-1 ante el Atlético de San Luis (6-3 global), en una noche marcada por el drama, los fuegos artificiales y el pedido de una nueva vuelta olímpica.

Es la hora, anunciaba con letras gigantes en una bandera la afición regiomontana, minutos antes de que comenzará el partido en el estadio BBVA, con la imagen de históricos referentes como Guillermo Franco, Humberto Chupete Suazo, Nico Sánchez, Mario de Souza Mota Bahía y José María Basanta, todos liderados por el mediocampista español Sergio Canales. Es la hooora, es la hooora/ es la hora de ganaaar, cantaron al mismo tiempo, como si el mensaje no quedara lo suficientemente claro para el plantel.

La primera señal de acción sobre el arco del San Luis terminó en un milagroso tiro de esquina, cuando el portero Andrés Sánchez desvió un cabezazo de Héctor Moreno dentro del área chica, colgado prácticamente del travesaño. Sánchez se mantuvo firme en los siguientes embates: cortó centros, se barrió, voló y defendió el cero como uñas y dientes, pero su tarea no resultó sencilla. Germán Berterame, Lucas Ocampos y Canales bombardearon a la zaga potosina una vez tras otra, pese a los esfuerzos de la visita por quitarles la pelota.

En los últimos 10 minutos del primer tiempo, el Atlético no pudo pasar el medio campo. Sólo el capitán Javier Güemez, con su experiencia y constante apremio a sus compañeros, logró algunos momentos de tranquilidad por medio de escapadas individuales. Fue tal el dominio de los Rayados que el técnico español de los potosinos, Doménec Torrent, pidió a los silbantes no agregar tiempo de reposición antes de irse al descanso. Ocampos y De la Rosa desaprovecharon dos ataques francos ante el arquero Sánchez durante ese lapso.

Si alguna virtud tuvo el cuadro dirigido por Torrent fue el orden. En eso sostuvo sus pocos avances hacia la meta de Luis Cárdenas, pero no le alcanzó. Tan pronto como el silbante Marco Antonio Or-tiz silbó la reanudación, el Monterrey salió al ataque y encontró el gol que buscaba en los pies del espa-ñol Óliver Torres, quien remató de volea sobre el área grande y venció el lance de Sánchez (47). El estallido de júbilo en el Gigante de Acero fue ensordecedor. Mientras el Atlético intentó reponerse, un nuevo golpe de los locales amplió el marcador.

Tras un zurdazo de Sergio Canales desde más de 20 metros de distancia, Sánchez soltó la pelota y Berterame mandó el rebote al fondo de las redes para el 2-0 (52). La derrota empezó a dibujarse en el rostro de los jugadores potosinos, luego de un encuentro de ida que los hizo soñar con la final. Obligado por las circunstancias, Torrent envió al campo a casi todos sus elementos con características ofensivas, dejando más espacios en su arco y jugándose hasta la última gota de energía.

En consecuencia, el San Luis logró acercarse en la serie tras una falta de Héctor Moreno sobre Vi-tinho que el VAR señaló como penal. El francés Sébastien Salles-Lamonge convirtió así el 2-1 (74) y se negó a entregar el pase antes de tiempo. Cuando el nerviosismo apremia-ba a los defensores del Monterrey, un autogol de Daniel Moisés Guillén (82), el segundo tanto de Torres (85) y otro de Brandon Vázquez (90+1) acabaron definitivamente con lo poco que quedaba de los visitantes.

Con la final en sus manos, el grito de ¡Vamos Monterreeey/ quereeemos la Cooopa! retumbó como pocas veces a los pies del Cerro de la Silla. La única forma en que los regiomontanos podrían definir el título en casa es con el pase del América ante Cruz Azul en la otra semifinal.

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