Lo habitacional, lo íntimo y lo monumental caracterizan la exposición Abraham Zabludovsky: 100 años, que celebra al arquitecto mexicano a un siglo de su nacimiento con una retrospectiva en el Colegio de San Ildefonso, donde se exploran algunas de sus construcciones de carácter fundamental para comprender la segunda mitad del siglo XX de México.

Tres núcleos temáticos dividen la muestra para conocer su carrera: el primero está dedicado a los proyectos residenciales y las unidades habitacionales, por ejemplo: el periodo de los años 50, de espíritu de mesura y precisión con eficiencia distributiva.

El segundo núcleo ofrece una visión de su entorno personal, que incluye el diseño de su casa terminada en 1969, la cual fue un laboratorio de la modernidad, con carga muy fuerte en la geometría y la composición. Se suman algunos muebles, entre ellos la cuna que diseñó para su hija Gina, con elementos de la Bauhaus. Y, por último, se abordan sus grandes obras de espacios públicos, como la Biblioteca de México.

Maquetas, fotografías y planos arquitectónicos permiten conocer unos 27 proyectos, algunos de ellos producto de la mancuerna con el arquitecto Teodoro González de León, ambos discípulos de Mario Pani.

La exposición cuenta con la curaduría de Miquel Adrià; organizada gracias a la colaboración de la familia Zabludovsky y de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), alma mater del homenajeado y quien facilitó parte del acervo de la arquitectura mexicana.

Abraham Zabludovsky nació en Polonia el 9 de junio de 1924, pero emigró a México junto a su familia en 1925. Sus orígenes están en La Merced, muy cerca del museo que ahora expone su trayectoria. La monumentalidad de su obra pública se convirtió en un componente de la identidad del país, con edificios que dan carácter de modernidad, como es la sede del Infonavit (1973), El Colegio de México (1975), el Museo Rufino Tamayo (1981) y la ampliación del Auditorio Nacional (1989), estos dos últimos ubicados en el Bosque de Chapultepec, viendo hacia el pasado, pero construyendo una identidad de la arquitectura mexicana.

Ernesto Bejarano, coordinador de museografía de San Ildefonso, destacó que aunque este recorrido de obras está dedicado a Zabludovsky, no podemos obviar la relación que existía con Teodoro González de León, creativa, constructiva y de una generación de propuestas de una arquitectura moderna mexicana. Ambos construyen ciudad y hacen urbanismo, con edificios hechos para verse desde lejos y hacia afuera.

En San Ildefonso se señala que su trabajo se podría comprender a partir del desarrollo de distintas etapas que coincidieron con tipologías y colonias. De esta manera, en un principio en la colonia Condesa y Roma se ubicaron viviendas de estilo funcionalista, muchas de las cuales ya no existen, aunque fueron emblemáticas para el periodo en que se hicieron. Después fue en Polanco y Tecamachalco donde construyó edificios habitacionales de mayor tamaño. Destacan las torres de Mixcoac.

Por último, fueron obras de mayor magnitud, como auditorios, instituciones y oficinas con un estilo basado en el uso de concreto aparente, en colaboración con González de León y Francisco Serrano.

Ya separada la mancuerna con González de León, constituye una etapa final en la que se desenvolvió con mayor libertad con algunos inmuebles de carácter cultural, sobre todo auditorios y centros de convenciones en varias entidades de la República. Hay muchas curvas y cubiertas muy delgadas. Consolida un estilo propio.

La exposición sobre Zabludovsky es una de tres alojadas actualmente en el Colegio de San Ildefonso, en colaboración con el Festival Mextrópoli. Las otras dos son Cinturón volcánico: visión futura, que presenta una propuesta ecológica para la reforestación y la recuperación de cuerpos de agua, y Laboratorio Acapulco, con una visión sobre la situación actual del puerto guerrerense después del impacto del huracán Otis en 2023.

La trílogía de exposiciones estará abierta al público hasta el 19 de enero de 2025, en el Colegio de San Ildefonso, ubicado en Justo Sierra 16, Centro Histórico.

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