La exposición Xochiquétzal, Venus y Afrodita: Del maíz a la pasión es una retrospectiva de más de 30 años de trabajo del pintor mexicano Marco Zamudio (Ciudad de México, 1973), en los cuales se aprecia la transformación de su proceso creativo y una reflexión relacionada con las figuras femeninas tanto de la mitología como de otras leyendas.

En entrevista con La Jornada, el artista explicó que entre los 60 cuadros que integran la muestra hay tres figuras principales: Xochiquétzal, dadora de vida, pero también de muerte, y, por supuesto, Venus y Afrodita. Quería reinterpretar a estas mujeres arquetípicas, pues me gusta mucho abarcar las ideas de la dualidad: la vida y la muerte, que forman parte de una misma realidad.

En esta exhibición, que reúne casi todo su trabajo, se juntan tres décadas de ideas, conceptos, reflexión de lo religioso, transformación y reconocimiento del poder de la mujer, añadió. Otra de las piezas es una contraposición a la clásica visión de la Medusa, la gorgona ultimada por el héroe griego Perseo.

“Retraté los mitos, que eran parte de la vida diaria de los pueblos antiguos. Por ejemplo, a Afrodita la hice más delicada, sublime, introspectiva, más cursi; Venus es multicolor, es la fecundación, y la gorgona representa la fortaleza. También es un homenaje a estos mitos griegos que fueron los primeros que me enseñó mi mamá.

En México somos de doble moral, y quería criticar eso; además de reflexionar acerca de estas diosas, quise rescatar parte del dibujo académico. Hay algunas técnicas tradicionales que quedaron plasmadas en estas piezas y que hoy están siendo recuperadas como una tendencia en países como Italia y China, refirió el pintor.

Entre las procesos pictóricos que Zamudio plasmó en sus cuadros están el realismo y el claroscuro. Además, “llevé un hilo conductor: la violencia, que se aprecia en las posturas de las mujeres que reaccionan ante un entorno que las agrede.

Mi forma de trabajo es poner pausa a la realidad. Todas los retratados en mis obras están ahí porque vi en ellos algún gesto o reacción que me encaminó a querer detener el tiempo a su alrededor.

Esta retrospectiva es, detalló, una exposición bien concatenada, pues hay piezas con más de 20 años de diferencia que dialogan entre sí y se complementan. Para Marco Zamudio, esta muestra es en realidad un gran discurso sobre cómo se ha transformado su proceso creativo.

“Las nuevas piezas surgieron de visiones que he complementado al conversar con colegas extranjeros. Ahora, con la presencia de la tecnología, se nos ha facilitado más intercambiar puntos de vista con otros creadores. Aquí vamos a encontrar dibujos, óleos y técnicas mixtas.

Me gustó mucho la invitación que me hizo David Teapila Valencia, encargado de este recinto, porque fue muy serio en su propuesta y me permitió colocar 60 obras. Quizá puedan parecer muchas, pero se debe a que el estilo de mi trabajo es en serie, y justo en esta muestra pusimos ocho, explicó el pintor.

Otro de los aspectos que recupera Zamudio es el respeto a la muerte, su reflexión en torno al final de la vida: No soy religioso, pero creo en el principio de eternidad. Uno viene de ella, vive y después regresamos. El ser mortal es algo muy complejo y sublime.

Para el artista, estar consciente de la muerte “es terrible, porque es un camino que en ocasiones se nos olvida que está ahí, pero cuando lo recuerdas, lo respetas. En ocasiones incluso pensamos que no nos puede pasar este día, pero está ahí.

“Podemos pensar que el mañana no existe, pero también es muy cruel decirnos: ‘aprovecha el tiempo, porque éste siempre termina’. Justo eso pensé para realizar esta retrospectiva”, concluyó.

La exposición Xochiquétzal, Venus y Afrodita: Del maíz a la pasión estará abierta al público hasta el 14 de marzo de 2025 en la Casa de Cultura de la Universidad Autónoma del Estado de México Tlalpan (calle Triunfo de la Libertad 9 Bis, colonia Tlalpan Centro, alcaldía Tlalpan), de 10 a 17 horas de lunes a viernes. Entrada libre.

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