Los Bills de Búfalo terminaron con la aspiración de los Jefes de Kansas City de permanecer invictos por toda la temporada regular de la NFL y replicar la hazaña que consiguió Chicago en (1934 y 1942), Miami (1972) y Nueva Inglaterra (2007). Los comandados por su mariscal de campo Josh Allen superaron 30-21 a los Jefes en un duelo que se celebró en el Highmark Stadium de Nueva York.

Patrick Mahomes, pasador de Kansas, inició el cotejo con algunas imprecisiones al ser interceptado durante su primera serie ofensiva por el esquinero Taylor Rapp. Con este acierto en el perímetro de los Bills, Allen dirigió un ataque que finalizó con la anotación del corredor James Cook para abrir el marcador.

La reacción para los dirigidos por Andy Reid no se hizo esperar y llegó por un pase que Mahomes conectó con su receptor Xavier Worthy, quien con su gran velocidad ingresó a las diagonales. En la siguiente ofensiva, Cook puso de nuevo en ventaja a los Bills al concretar por tierra su segundo touchdown del duelo.

Ante el poco aporte ofensivo de la estrella Travis Kelce, Mahomes encontró soluciones con los demás miembros de su grupo de receptores y fue con su ala cerrada Noah Gray, con quien conectó su segundo envío a las diagonales.

En el tercer cuarto, las defensivas cerraron los espacios y evitaron que ambos pasadores generaran peligro. Fue hasta el cuarto capítulo, donde un pase de Allen a su receptor Curtis Samuel aumentó la diferencia para los dirigidos por Sean McDermott, pero jugadas después Mahomes se acercó de nuevo en la pizarra con otro envío a Gray.

La versatilidad de Allen para lanzar y acarrear el balón le brindó frutos al cierre del encuentro, pues tras eludir a cuatro defensivos con su fortaleza física sentenció el duelo al marcar la última anotación.

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