Ginebra. China se quejó este lunes ante la Organización Mundial del Comercio sobre la aplicación de manera inapropiada por parte de la Unión Europea (UE) de aranceles antisubsidios sobre los nuevos vehículos eléctricos fabricados en el país asiático.

En su queja la misión diplomática china dijo que “se opone firmemente” a las medidas e insistió en que busca proteger la industria de vehículos eléctricos y apoyar una transición global hacia tecnologías más verdes.

Además argumentó que la medida de la UE equivalía a “un abuso de los remedios comerciales” que viola las reglas de la OMC, y equivalía a medidas “proteccionistas”.

Ante ello la Comisión Europea (CE) insistió en defender la legalidad de los aranceles impuestos al auto eléctrico importado de China para compensar subsidios ilegales de Pekín a productores del país asiático, añadiendo que iba a estudiar y “tomar nota” de la denuncia para dar una respuesta oportuna.

“La Comisión Europea toma nota de la solicitud de consultas presentada por China en la OMC, estudiaremos todos los detalles y reaccionaremos ante las autoridades chinas a su debido tiempo, siguiendo los procedimientos de la OMC”, dijo una portavoz comunitaria a Europa Press.

Por separado, el ministro de Comercio de China, Wang Wentao, instó a Francia a jugar un rol activo en impulsar a la CE a que muestre sinceridad y llegue a una solución con China con respecto a la investigación antisubsidio sobre los vehículos eléctricos.

Además, dijo, a diferencia de la investigación antisubvenciones de la UE, iniciada sin que la industria lo solicitara, las de China sobre medidas de solución comercial dirigidas a determinados productos de la UE, como el brandy, la carne de cerdo y los productos lácteos, se iniciaron a petición de las industrias nacionales, en pleno cumplimiento de las normas de la OMC y de las leyes y reglamentos chinos.

Fue el mes pasado cuando el bloque europeo anunció que estaba imponiendo aranceles de importación de hasta 35 por ciento sobre los vehículos eléctricos procedentes de China, alegando que las exportaciones chinas estaban socavando de manera injusta los precios de la industria de la UE. Los aranceles deben permanecer en vigor durante cinco años, a menos que se pueda alcanzar un acuerdo amistoso.

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