Moscú. Moldavia, pequeña república de la antigua Unión Soviética, incrustada entre Rumania y Ucrania, reeligió este domingo a Maia Sandu, principal promotora de la integración con la Unión Europea, como mandataria de ese país para los siguientes cuatro años.

Sandu se impuso, en la segunda vuelta de los comicios presidenciales, a Alexander Stoianoglo, candidato postulado por el partido socialista moldavo que defiende un mayor acercamiento con Rusia.

Sobre la 01:30 (hora de Chisinau), la Comisión Electoral Central de Moldavia informó que, con 98,60 por ciento de las boletas escrutadas, Sandu obtuvo 54,91 por ciento frente a 45,09 por ciento de su rival.

La incertidumbre sobre quién ganó se mantuvo casi hasta el final escrutinio, conforme se fueron dando a conocer los resultados debido a la polarización del electorado, con –de un lado– los habitantes de Chisinau y otras ciudades, así como los migrantes moldavos, que prefieren la adhesión europea y –del otro– la población rural, igual que la de la región separatista de Transnistria y de la región autónoma de Gagauzia, que tienden más hacia Rusia.

Así, dos horas antes, con cerca del 90 por ciento del escrutinio, Stoianoglo llevaba 50,49 por ciento y Sandu iba detrás con 49,53 por ciento, pero los moldavos en el exterior –la diáspora pudo ejercer su derecho al voto en 37 países– inclinaron la balanza en favor de la presidenta saliente, como sucedió con el referendo constitucional que se aprobó con 50,46 por ciento del voto o una diferencia de apenas 10 mil 500 boletas.

Moldavia es una república parlamentaria y formalmente las facultades de la presidencia son simbólicas, pero en el caso de Sandu no es así porque, en las legislativas de 2021, su Partido de Acción y Solidaridad obtuvo la mayoría absoluta en el Parlamento y ella es quien tiene la última palabra en el gobierno del primer ministro Dorin Recean.

Por ello, los analistas consideran que el futuro de Moldavia como país más cerca de la Unión Europea y más lejos Rusia, o a la inversa, depende en realidad de las elecciones legislativas de 2025, aunque la presidenta electa aún tiene tiempo para tratar de convencer de las bondades de su proyecto a un mayor número de moldavos.

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