Ayer se cumplió un mes del paro estudiantil en el Conservatorio Nacional de Música (CNM), donde laincertidumbre prevalece entre alumnos y profesores. Lo que antes era un vigoroso espacio de formación para músicos profesionales, hoy está en silencio, con pasillos desiertos y auditorios en penumbra.

Una de las razones más graves del conflicto, señaló Alexis Martínez Gasca, presidente de la Sociedad Estudiantil del CNM, radica en que el plan de estudios es obsoleto; no ha sido actualizado de manera significativa desde hace casi 20 años.

Ante esta situación, añadió Martínez Gasca en entrevista con La Jornada, la comunidad estudiantil decidió alzar la voz para demandar, entre otras cosas, “la renovación urgente en los enfoques pedagógicos y administrativos de la escuela, ya que necesitamos un plan más actual, que responda a las demandas del contexto contemporáneo.

Para los alumnos, este desfase compromete su formación frente a los retos actuales; refleja una desconexión alarmante con las necesidades pedagógicas del presente, donde la tecnología y la transformación digital juegan un papel clave. El modelo educativo es burocrático y largo, lo que desalienta a muchos a culminar sus estudios.

En 2010, este diario documentó que en 2007 el CNM tuvo una rehabilitación profunda y se armó un plan académico ambicioso, que incluyó la depuración de la matrícula, la reactivación de becas y la llegada de los mejores profesores del país.

El entonces director, Ricardo Miranda calificó a la institución de punta de la pirámide de las opciones de calidad que existen en México para el estudio de la música y explicó que había tenido que trabajar muy duro para rescatar al conservatorio de las malas administraciones de finales del siglo XX y principios de la nueva centuria.

Miranda detalló que entonces se invirtieron cerca de 100 millones de pesos en la renovación de los baños, el cambio de la iluminación en salones y salas de conciertos, así como en la sustitución de toda la cantera.

Las instalaciones reflejan el deterioro del Conservatorio Nacional de Música. Foto Yazmín Ortega

En 2010 había una matrícula de 798 alumnos, y poco más de 120 estaban becados. Cuando Carlos Chávez y Mario Pani planearon la construcción de este inmueble soñaban con un plantel de 600 alumnos, detallaba Ricardo Miranda (La Jornada, 3/5/2010).

De acuerdo con Alexis Martínez, en el ciclo escolar 2021-2022 sólo se inscribieron 171 alumnos en el total de 24 licenciaturas que se imparten en el CNM.

La actualización del plan de estudios no es el único problema. Las condiciones laborales dentro de la institución también han sido objeto de denuncias, recalcó Martínez, quien asegura que “no puede haber una mejora educativa sin una auditoría que erradique las prácticas corruptas y abusivas que han prevalecido en la administración.

No tendrá sentido actualizar el currículo si las mismas personas, con las mismas prácticas, continúan a cargo. Hay maestros que ni siquiera asisten a clases, otros que maltratan a los estudiantes, y algunos han sido señalados de acoso sexual, sin que las denuncias hayan sido atendidas de manera adecuada.

A lo largo de este mes de huelga, añadió, las repercusiones en la formación académica han sido evidentes. Programas como piano, violín y guitarra, que requieren de una práctica diaria y de un acompañamiento pedagógico constante, han visto su progreso detenido.

Los estudiantes elaboraron un pliego petitorio que se ha incrementado a 66 puntos; en éste priorizaron cinco demandas urgentes, entre ellas, la renuncia de la maestra Silvia Navarrete, quien dejó su cargo hace unos días, aunque los jóvenes manifestaron que su objetivo principal no era pedir su cabeza, sino abrir camino hacia un proceso de democratización en la elección del nuevo director.

La Sociedad Estudiantil del CNM informó que el próximo 4 de noviembre, a las 10 horas, se reunirán con representantes de la Secretaría de Cultura federal y del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura en el Centro Cultural del Bosque para abrir canales de comunicación y buscar soluciones a sus demandas.

Amplias grietas en los pisos, parte de los daños en las instalaciones del Conservatorio. Foto Yazmín Ortega

Compartir