El sistema fiscal es una herramienta que puede reducir la desigualdad y mejorar la distribución del ingreso mediante el cobro de impuestos a las grandes fortunas y a los trabajadores de mayores ingresos, coincidieron en entrevistas por separado Héctor Villarreal, economista y académico del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Itesm), y Raúl Carbajal, catedrático de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y asesor del Poder Legislativo en el sexenio de Vicente Fox.

Sostuvieron que si bien los mexicanos ya se benefician de los programas sociales como la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, una reforma fiscal que incluya gravar más a los segmentos que generan mayor riqueza, ya sea a través de sus ingresos o de su patrimonio, contribuiría a mejorar la distribución de los ingresos y a erradicar la desigualdad.

El jueves pasado, durante la reunión de otoño del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial, los responsables de las finanzas de los países que integran el Grupo de los 20 (G20), el foro de coordinación de políticas macroeconómicas de las economías más importantes del mundo, entre ellas México, reiteraron su compromiso con la tributación progresiva, un proyecto impulsado por Brasil, con el que se busca cobrar un impuesto de al menos 2 por ciento a las grandes fortunas.

Ese porcentaje se aplicaría a la riqueza total de cada individuo, medida por el valor de sus acciones y bonos e inversiones en empresas privadas.

Los impuestos progresivos son aquellos gravámenes que se incrementan a medida que aumenta la capacidad económica del contribuyente, y en los distintos países ya hay un consenso para lograrlo.

En junio pasado, Fernando Haddad, ministro de Finanzas de Brasil, destacó que las encuestas en muchos países sugieren que 80 por ciento de las poblaciones apoyan un impuesto a los megarricos.

Carbajal, de la UNAM, manifestó que es factible hacer una reforma al impuesto sobre la renta (ISR) para incluir a más trabajadores que tienen ingresos superiores a 250 mil pesos mensuales, ya que pagan gravámenes ínfimos.

Ahí sí mejoraría la distribución del ingreso. Pagan más de 20 mil pesos, pero es poco porque los megarricos tienen millones. El sistema fiscal que tenemos hoy no redistribuye el ingreso, y el ISR, como está diseñado, no se aplica a los megarricos en un nivel apropiado respecto a su riqueza o a sus altos niveles de ingresos, expresó.

El analista comentó que también existe una propuesta para gravar inversiones en los mercados internacionales, para lo cual se tendrían que establecer acuerdos con otros países.

Señaló que en 2023 Oxfam-México propuso cobrar 2 por ciento a quienes tienen una fortuna de 20 millones de pesos y 3 por ciento si ésta asciende a 100 millones de pesos, así como 5 por ciento a aquellas que poseen más de 20 mil millones de pesos.

El estudio de Oxfam señala que por cada 100 pesos de riqueza generados entre 2019 y 2021, unos 21 pesos cayeron en manos del 1 por ciento más rico de México y 0.40 pesos al 50 por ciento de la población más pobre.

Por su parte, Villarreal, del Itesm, comentó que antes de aplicar un gravamen a la riqueza habría que revisar el impuesto predial.

Creo que necesitamos una modernización de los prediales; una parte importante de la riqueza está en propiedades. Son poco distorsionantes y recaudan mucho, declaró.

Y segundo: vamos regresando la tenencia, quizá federal y participable a los estados. Hay autos Ferrari registrados en Morelos que no pagan un quinto de tenencia. Tendríamos que empezar por ahí; si vamos a discutir un impuesto a la riqueza está bien, que sea algo razonable y que no impacte a la gente que pudiera parecer rica, pero que en realidad no lo es, mencionó.

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