El 52 Festival Internacional Cervantino (FIC) concluye hoy en Guanajuato con afluencia de público significativa; sin embargo, a pesar de su extensa programación, algunas personas del público externaron que esperaban más de un encuentro que es referente mundial. Otros asistentes también dijeron sentirse decepcionados por la ausencia del baile y la música de samba, tradición del carnaval de Brasil, país invitado.

Este año, las artistas que tuvieron mejor recibimiento fueron la cantante brasileña Simone Mazzer y la veracruzana Silvana Estrada, quien llenó el teatro Juárez y recibió una gran ovación del público. Asimismo, con compañías como Les Ballets de Montecarlo, Hiroshima Kagura, la Fábrica de Eventos y el espectáculo La Guelaguetza, organizado por el estado invitado, Oaxaca.

En plataformas digitales como Instagram, el usuario Javier (@_boxito) comentó que Brasil estuvo desdibujado en este Cervantino; mientras Berenice (@art.berenicegasca) publicó: El Festival Internacional Cervantino me ha sorprendido siempre con maravillosos actos. La expectativa era mayor, refiriéndose al espectáculo que ofreció en las calles Batalá México.

También hubo quien se quejó de no poder entrar a la Alhóndiga de Granaditas el día de la inauguración: Horrible organización, dejaron afuera a muchísimas personas con registro. Qué vergüenza que hay quienes vamos al Cervantino desde otros estados para que al final no nos dejen entrar, escribió la joven Analy (@analylopeez).

Acerca de los desafíos que enfrenta el FIC, La Jornada conversó con creadores y público con el fin de conocer su opinión en torno al encuentro artístico y cultural.

El director escénico y dramaturgo Juan Manuel García Belmonte expresó: “si hablamos de las pasadas seis o siete ediciones, el Cervantino se ha visto disminuido en la calidad y la cantidad de su programación; esto puede obedecer a varios factores que no necesariamente atañen a la organización del festival, sino al escaso apoyo en general a la cultura en este país y a la reducción drástica de los presupuestos en todas las áreas.

“Cuando se entiende poco que un festival como éste, que se preciaba de ser de los mejores del mundo, abona al desarrollo integral de las regiones y al entendimiento entre los ciudadanos, entonces los intereses van a otros proyectos que se consideran de mayor valía.

Para tener un buen festival, de altos estándares como los que acostumbraba el Cervantino, necesitas tener una política cultural cuyos ejes apuesten a eso mismo, y otorgar los recursos suficientes tanto económicos como técnicos y humanos, puntualizó el dramaturgo, quien aseguró que la organización y el nivel de logística del FIC es de lo mejor de América Latina; consideró que también hay poca coproducción internacional, aspecto que podría retomarse como motor importante de cualquier festival.

La bailarina y coreógrafa Lola Lince destacó lo importante que ha sido el FIC en la formación de nuevos públicos. Lo que ha conseguido el festival en estos 52 años es algo inaudito; además, no sólo ha generado esto en Guanajuato, sino en buena parte de la República mexicana. Agregó que el encuentro cultural es una experiencia espléndida para el espectador, una escuela de la sensibilidad, de la percepción; es una plataforma para los artistas, porque nos brinda la posibilidad de llegar a otros públicos y nos permite crecer como creadores.

Seguridad: opiniones encontradas

Aurora Sánchez y Alejandro Orozco, pareja de Irapuato que lleva 45 años asistiendo al festival, dijeron que al encuentro le quitaron presupuesto y claro que se nota. Afirmaron: se extrañan las grandes orquestas sinfónicas; ya no han venido; además, opinaron que bajó la calidad de los artistas invitados y disminuyó la asistencia: antes venía de todo muy variadito, escogían perfecto y ahora es más popular.

En entrevista con este diario, al final de un concierto en el templo del Señor Santiago Apóstol, añadieron que la otra vez que venimos este recinto siempre estaba lleno, ahora sólo a la mitad.

Antonio Ontiveros y Yazmín Hernández, pareja de 16 años originaria de Guanajuato, explicó que, aunque el festival sigue siendo un emblema cultural para su estado, sienten que ha perdido fuerza en comparación con ediciones anteriores.

A pesar de la violencia que ha sacudido a la región, consideraron vital continuar fomentando las artes como un medio para el bien común. Nuestros maestros siempre nos motivan a asistir al FIC para expandir nuestros conocimientos, pero también nos aconsejan no ir solos, comentó Antonio, estudiante de la Universidad de Guanajuato.

Los jóvenes piensan que el Cervantino es una de las pocas oportunidades culturales que sitúan a esa entidad en la vanguardia, aunque lamentaron que la disponibilidad de boletos limite su acceso a presentaciones importantes. Cuando queremos ir a una función, ya no encontramos entradas, añadió con frustración Yazmín.

Juan Rodríguez, taxista en Cuévano, comentó que sus familiares que viven en Tijuana cada año vienen al festival, pero en esta ocasión no viajaron. “Me dijeron: ‘la neta no vamos a ir, ya vimos el programa y no nos gustó’”.

Sobre el tema de la seguridad, el chofer consideró que se habla mucho de la violencia, pero Guanajuato es más seguro que San Miguel de Allende, por los turistas y los estudiantes de la universidad. Aunque no sea el Cervantino, siempre hay mucha seguridad en las calles, se ven las camionetas de policías recorriendo la ciudad.

El taxista Raúl González comentó que durante las fechas del festival es común que lleguen paisanos de Estados Unidos, que además vienen con amigos que “son los que más gastan y dejan dinero. Tenemos clientes que son pochos, que tienen toda su vida allá y no regatean nada; en cambio, la gente que viene de Europa es más quisquillosa y a veces nos dicen que está muy alto el precio de los viajes.”

El FIC, con todo y los desafíos que tendrá en esta nueva administración federal, seguirá siendo un encuentro fundamental para la promoción de las artes y la cultura en el país.

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