Patricio O’Ward tuvo la oportunidad que había soñado siempre. Para cualquier piloto de autos, conducir un monoplaza de Fórmula 1 es el clímax de sus anhelos, como tocar el cielo aun cuando sea sólo en prácticas libres, donde la misión es probar la respuesta en la pista y obtener información para realizar modificaciones antes de las calificaciones a cargo de los conductores titulares. No sólo eso, además ocurrió en su propio país durante el Gran Premio de la Ciudad de México 2024.

Pato fue elegido por McLaren para probar el auto que conduce Lando Norris. Una responsabilidad enorme para quien espera abrir una puerta para entrar de manera definitiva a la F1. Una expectativa difícil ante las pocas plazas ocupadas y la enorme lista de aspirantes.

Para este joven de 25 años y nacido en Monterrey no fue la primera vez en el timón de un vehículo en el máximo circuito del automovilismo. Lo hizo a finales de 2023 en Abu Dabi, pero esta vez era distinto al presentarse en casa y compartir pista con su compatriota, la estrella local Sergio Pérez de Red Bull, alguien que en esta parada es algo parecido a un festejado. Así que robarle un po-co los reflectores también es parte de la proeza de Pato.

Cuando O’Ward se montó en el monoplaza color naranja la gente coreaba el hipocorístico “Pato-Pato-Pato” en las gradas y por un momento competía contra el Checo en condiciones casi de igualdad. Sin embargo la sesión fue accidentada y no le permitió disfrutar la experiencia en todo su esplendor, de modo que el regiomontano se concentró con disciplina férrea en seguir las instrucciones del equipo.

Comienzo caótico

La primera práctica fue un caos, con una bandera roja en los primeros minutos y un choque aparatoso cuando no había trascurrido ni media hora. Alex Albon (Williams) golpeó la parte delante-ra izquierda del Ferrari que conducía Oliver Bearman y fue a dar contra el muro.

Me quedé con ganas de más, pero cumplí mi sueño; dijo Pato al finalizar su sesión; no es fácil obtener un asiento en esta categoría cuando los dos pilotos del equipo están haciendo bien las cosas.

Algo tendría que sacudir el estado de las cosas para que se diera ese relevo. Mientras tanto, el mexicano aguarda con temple y se respalda con su destacada participación en la categoría Indycar Series, donde ha terminado temporadas entre los primeros puestos, y en las 500 millas de Indianápolis, en las que ha salido dos veces subcampeón.

El mundo de la Fórmula 1 se mueve de formas muy extrañas y las puertas que uno pensaba se abrirían jamás lo hacen, o cuando menos lo esperas se presenta una oportunidad inimaginable.

Estoy aquí en la práctica, porque soy capaz de alcanzar un asiento en Fórmula 1. McLaren sabe lo que tienen conmigo y por eso me tienen con ellos, pero cuando dos pilotos en el equipo están haciendo un buen trabajo, no vas a sacar a uno para rifártela con otro, así es este deporte, agregó O’Ward.

Pato ni siquiera pudo disfrutar del revuelo que provocó entre la afición. Tenía tantos detalles que atender en la cápsula del vehículo que apenas distinguió un poco a la gente de pie y las manos que se alzaban en cada vuelta del bólido anaranjado.

Me llamaban tanto que no podía distraerme; estaba atento a demasiadas cosas a la vez y sólo pude distinguir un poco al público, lamentó Pato y por eso acudió después a las gradas para convivir con los aficionados. Sólo fue elegido para una sesión de prácticas, pero la gente lo trató como un ídolo en plenitud.

Aunque haya demasiadas ansias por vivir la velocidad y la experiencia de estar en un Gran Premio, O’Ward tenía que cumplir su función con frugalidad. Limitarse a probar cómo respondía el monoplaza a las condiciones de la Ciudad de México, a 2 mil 240 metros de altura, el aire tiene menor densidad y por tanto ofrece menos resistencia a los bólidos; eso también los vuelve menos estables y representa un reto para los ingenieros y pilotos.

Sin arriesgar

Este auto lo sentí como un misil, pero mi programa de trabajo era muy concreto: el carro no esta-ba para calificar ni para buscar una vuelta rápida, sino para ponerlo a prueba, explicó el regiomontano.

No podía arriesgarlo y que algo le pasara, porque estas piezas que se utilizan están limitadas, sólo hay una o si acaso dos, añadió. De hecho, después del choque entre el Williams y el Ferrari, aprovecharon para probar un nuevo piso en el auto y necesitaban toda la información sobre el desempeño del vehículo con esa adaptación.

Terminó la práctica y O’Ward volvió a ser aspirante a un asiento en el gran circuito. No parece inquieto por esa circunstancia y resume su filosofía de vida como piloto: No hagas planes para el futuro, porque es incierto. Sólo prepárate por si se presenta una oportunidad y entonces sí, hay que aprovecharla y disfrutar.

Al terminar la primera práctica libre, George Russell (Mercedes) fue el más rápido con 1:17.998, seguido por Carlos Sainz (Ferrari), Yuki Tsunoda (RB) y Max Versta-ppen (Red Bull). Los pilotos mexicanos Checo Pérez (Red Bull) y Pato O’Ward terminaron en 10 y 13, respectivamente.

En la segunda sesión, Russell sufrió un accidente y salió cojeando rumbo a la revisión médica sin que se reportara una lesión seria. Ahí, dominó Sainz con 1:17.699 y Checo culminó en noveno puesto a 693 milésimas del más rápido.

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