Madrid. Un grupo de jóvenes, hartos de los precios de la vivienda de alquiler y de venta y de la falta de apoyos públicos, inició en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia una acampada de protesta, en la que también exigen medidas urgentes contra el turismo masivo, que es a su vez uno de los causantes del incremento de los precios, y medidas para regular el mercado de las rentas de los departamentos de uso turístico.

La movilización juvenil se parece a los orígenes de lo que fue una de las protestas sociales más importantes en España de las últimas décadas, el movimiento del 15M, que se produjo en el 2011 y precisamente para denunciar la “falta de futuro” para la juventud.

En aquel mayo del 2011, cuando gobernaba en España el ex presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero y en Madrid el derechista Partido Popular (PP), un grupo de jóvenes acamparon en la céntrica Puerta del Sol. Y fueron desalojados de madrugada, por agentes antidisturbios de la Policía Nacional, que actuaron con contundencia contra ellos.

Ese acto desató una protesta masiva en medio de una de las crisis económicas y sociales más graves de la historia contemporánea. Ese movimiento, que arremetió sobre todo contra la clase política, se evaporó en varios partidos políticos, que en algo más de una década han pasado de ser alternativa al poder hegemónico del PSOE y el PP a fuerzas marginales o en vías de extinción, como Podemos, Ciudadanos o Unión Progreso y Democracia (UPyD).

En Valencia, el pasado sábado, inició una protesta similar, en este caso con la denuncia central de la situación de la vivienda. Después de una manifestación en el centro de la ciudad, un grupo de jóvenes decidieron acampar en la plaza pública. Una de sus voceras, Irene, explicó que la decisión la tomaron en una asamblea, en la que “se evidenció que había energía e ilusión” en instalar las tiendas de campaña, que ya suman 23, y expresar así su malestar. “Estamos recibiendo muchísima solidaridad, tanto de grupos de personas como a nivel individual, como alimentos o productos de higiene, por eso creemos que esta acampada es muy necesaria”.

De hecho uno de los lemas que se corearon en la protesta de aquel día fue “Si no tenemos casa, ocuparemos la plaza”, que fue además un grito de guerra durante las protestas del 15M. “Es que se trata de un problema intergeneracional. Lo tenemos los jóvenes, pero también hay personas de 40 años que tienen que compartir piso o familias que no pueden seguir en sus barrios porque no pueden pagar los precios del alquiler”, explicó Nacho, otro de los voceros de la protesta, que además advirtió que “la vivienda es un derecho, no un negocio y la gentrificación ya no se queda en zonas más turísticas de las ciudades, se está extendiendo a los barrios obreros donde la vivienda es más barata. Estamos viendo cómo se compran comercios que son rentables para abrir otros enfocados sólo al turista que no generan nada al vecino”.

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