Ciudad de México. Integrantes del Comité 68 Pro Libertades Democráticas, conformado por sobrevivientes y familiares de víctimas de la masacre de Tlatelolco, en 1968, reconocieron la disculpa pública y el decreto mediante el cual la presidenta Claudia Sheinbaum admite políticamente que los actos de violencia perpetrados hace 56 años “fueron constitutivos de un crimen de lesa humanidad”, pero pidieron que ello se traduzca en acciones concretas contra los responsables.

Félix Hernández Gamundi, uno de los líderes históricos del movimiento estudiantil del 68, dijo que es bienvenida la disculpa “y en lo personal lo asumo como una expresión de voluntad por avanzar en la justicia”.

En el mitin central, frente a Palacio Nacional, manifestó que esta conmemoración es “especial” por el pronunciamiento de la presidenta Sheinbaum y la disculpa pública “que tenemos que interpretar para todo el pueblo de México y para todos los movimientos organizados que han sufrido represión y persecución en diferentes momentos. Para todos ellos debe ser esa disculpa”.

Refirió que si bien no es el primer reconocimiento, pues hay un letrero en los muros de honor de la mayor parte de los congresos estatales y en la Cámara de Diputados y en el Senado, es “bienvenido”.

Frente a estudiantes de diversas universidades del país, así como normalistas rurales y organizaciones indígenas, sindicalistas y populares, Gamundi destacó que en el decreto publicado esta tarde en el Diario Oficial de la Federación se establezca que el Estado se compromete a la no repetición y que se tiene que abrir el espacio “y los caminos para la acción de la justicia. Es lo que venimos demandando desde hace más de 50 años”.

Tras el pronunciamiento central, los manifestantes guardaron un minuto de silencio por los ex líderes que han fallecido a lo largo de estás más de cinco décadas como Roberta Avendaño, La Tita; Raúl Álvarez Garín y Mario Álvarez Cartagena.

Mientras se realizaba el mitin, un grupo de encapuchados hicieron destrozos en el edificio del Gobierno de la Ciudad de México, a cuyas puertas les prendieron fuego. En tanto que los organizadores de la marcha llamaron a no caer en provocaciones.

En ese inmueble, que también tuvo daños en los cristales de sus puertas, y en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento fueron desplegados docenas de granaderos para resguardar las instalaciones, al tiempo que los integrantes del bloque negro lanzaban piedras, palos y bombas molotov.

Los elementos de seguridad formaron barreras de contención con sus escudos y por momentos activaban extintores para generar nubes de humo y dispersar a los manifestantes.

Fueron distintos momentos en que las personas encapuchadas se enfrentaron con los policías de la Ciudad de México; el conato duró alrededor de 25 minutos.

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