Washington. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, aseguró ayer que el asesinato de Sayed Hassan Nasrallah, en una ofensiva israel, es una medida de justicia por sus numerosas víctimas, entre ellas miles de civiles estadunidenses, israelíes y libaneses, y expresó que apoya plenamente el derecho de Israel a defenderse contra el Hezbollah, Hamas, los hutíes y cualquier otro grupo terrorista respaldado por Irán.

Más tarde, urgió a una tregua tras los ataques israelíes en Líbano: Es hora de un alto el fuego, en respuesta a un periodista que planteó si era inevitable una invasión terrestre israelí en territorio libanés. El Departamento de Estado comunicó que se ordenó la salida de las familias de los empleados de su embajada en Beirut debido a la volátil e impredecible situación de seguridad.

En tanto, la vicepresidenta y candidata demócrata a la Casa Blanca, Kamala Harris, calificó a Nasrallah de terrorista con sangre estadunidense en sus manos.

Mientras el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo estar profundamente preocupado por la dramática escalada de los acontecimientos en Beirut en las últimas 24 horas. Este ciclo de violencia debe parar ahora, exhortó, pero no convocó al Consejo General de la ONU

Pronostican Rusia y otros países dramáticas consecuencias

Rusia, aliado de Irán, condenó firmemente el asesinato del líder miliciano y estimó que Israel tendrá la responsabilidad total de sus consecuencias dramáticas en la región. Instamos con insistencia a Israel a cesar de inmediato sus acciones militares.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, envió su solidaridad a la familia de Nasrallah, a quien consideró un líder del mundo musulmán, mientras su par de Cuba, Miguel Díaz-Canel, estimó que esta muerte amenaza seriamente la paz y seguridad regional y mundial, cuya responsabilidad total recae en Israel con la complicidad de Estados Unidos que aporta el arsenal y respaldo ante la comunidad global.

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