Beirut. La fuerza aérea israelí atacó ayer el sur de Líbano, incrementando los temores de una guerra total, al día siguiente de un bombardeo que mató a 37 personas, entre ellas altos mandos de Hezbollah, en un suburbio de Beirut.

Durante la última hora hemos lanzado un ataque a gran escala en el sur de Líbano, después de identificar preparativos de Hezbollah para disparar contra territorio israelí, declaró por la noche el portavoz del ejército, Daniel Hagari, agregando que decenas de aviones participaban en esa operación.

Antes, Israel indicó que había atacado en esa zona miles de plataformas de lanzamiento de cohetes listas para ser utilizadas.

El movimiento proiraní Hezbollah anunció, por su parte, haber lanzado decenas de cohetes contra posiciones militares en el norte de Israel; unos 90, según el ejército.

“Los combatientes de la Resistencia Islámica atacaron ayer el sistema de misiles de defensa antiaérea del comando norte en el cuartel de Berea con cohetes Katyusha”, y “bombardearon el cuartel general de la fuerza de reconocimiento de la brigada Golani 631 en el cuartel de Ramot Naftali con una salva de cohetes Katyusha y atacaron el emplazamiento israelí de Jal al Alam, situado entre los poblados de Alma al Shaab y Naqoura, con proyectiles de artillería”, indicó la milicia libanesa.

Las fuerzas de defensa de Israel (FDI) afirmaron que la mayoría de los cohetes fueron detectados.

En relación con las sirenas de alerta en la región norte, 10 proyectiles fueron disparados desde Líbano, la mayoría de los cuales fueron interceptados. Se está llevando a cabo una investigación, informó el portavoz israelí en árabe, Avichay Adraee, en su cuenta de la red social X.

Las ofensivas de Hezbollah contra Israel de ayer se saldaron con al menos un herido. Se trata de un hombre de 60 años y, según los médicos, tiene heridas leves por metralla, recoge The Times of Israel. Las autoridades ya han impuesto nuevas restricciones a los residentes de Haifa y el norte del país, ante la posibilidad de un inminente asalto a gran escala de Hezbollah, indicó el mencionado diario.

El grupo pro iraní y pro palestino señaló que estos ataques son una respuesta a las repetidas agresiones israelíes contra diversas regiones libanesas que provocaron la muerte de muchos civiles, en alusión al bombardeo selectivo ejecutado el viernes por las fuerzas de defensa de Israel contra el sur de Beirut, que mató al menos a 37 personas e hirió a otras 68. Israel informó que el objetivo del ataque selectivo del viernes fue acabar con Ibrahim Akil, alto cargo de la milicia chií libanesa, pero que también cobró la vida de otros milicianos y civiles en la zona, entre ellos al menos tres niños y siete mujeres.

A estas cifras de bajas de esta semana hay que sumar los 39 fallecidos y más de 3 mil heridos a causa de las explosiones de dispositivos de comunicación (bípers y radios portátiles) registradas el martes y miércoles en Líbano y Siria, y atribuidas a Israel, si bien Tel Aviv no se ha pronunciado al respecto.

Hezbollah, poderoso actor político y militar en Líbano, abrió un frente en la frontera con Israel hace casi un año, tras el inicio de la guerra en la franja de Gaza.

El 8 de octubre de 2023, la milicia lanzó cohetes contra Israel en solidaridad con Hamas, lo que provocó el fuego de artillería de represalia de Israel y ataques aéreos en el sureste de Líbano. El conflicto ya ha causado numerosas víctimas y ha desplazado a decenas de miles en ambos lados de la frontera.

Por su parte, las autoridades libanesas reconocieron que la situación de seguridad es delicada y peligrosa.

El Consejo Central de Seguridad de Líbano celebró ayer una reunión extraordinaria tras la cual el ministro del Interior, Bassam Maulaui, apuntó que las fuerzas libanesas deben vigilar activamente cualquier movimiento sospechoso en aras de evitar cualquier violación o ataque a zonas residenciales del país.

Maulaui reconoció que muchos civiles, incluidos mujeres y niños, han fallecido o resultado heridos en los días recientes por culpa de Israel, y recalcó la necesidad de seguir las cámaras para detectar cualquier movimiento en todas las zonas, informó el diario L’Orient-Le Jour.

La coordinación entre las fuerzas de seguridad es necesaria para afrontar los desafíos. Todos debemos estar en un estado constante de vigilancia y preparación total, señaló.

Estas declaraciones del ministro del Interior de Líbano se produjeron poco antes de que las FDI anunciaran en sus redes sociales que estaban llevando a cabo una nueva oleada de ataques contra objetivos de la organización terrorista Hezbollah.

En tanto, el primer ministro libanés, Nayib Mikati, suspendió el viaje previsto a Nueva York, donde se celebra la sesión anual de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, en vista de los recientes ataques israelíes a su país.

Interrumpe cita ante la ONU

Tenía intención de viajar a Nueva York en el marco de la intensificación de la acción diplomática libanesa durante las sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas con el propósito de detener la prolongada agresión israelí contra Líbano, así como las matanzas perpetradas por el enemigo, publicó Mikati en una nota oficial, informó la agencia de noticias libanesa NNA.

El jefe de Estado subrayó que no hay mayor prioridad en estos momentos que detener las masacres perpetradas por el enemigo israelí y los múltiples tipos de guerra que está llevando a acabo.

También instó a la comunidad internacional y a la conciencia humana a adoptar una postura clara sobre estas terribles matanzas, añadió.

Asimismo, pidió la adopción de normativas internacionales para evitar el uso de medios tecnológicos civiles como armas militares y de guerra”, señaló Mikati en referencia a la detonación de dispositivos de comunicación utilizados por Hezbollah, hecho que apunta a tratarse de un ataque israelí.

Mientras, el supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, instó a los países musulmanes en conjunto, a cortar toda relación económica con Israel, como acto mínimo que pueden hacer en respuesta a los ataques israelíes en Gaza, Cisjordania reocupada y Líbano, durante un acto convocado con motivo de la 38 Conferencia de la Unidad Islámica en la Mezquita Imán Homeini de Teherán, a la que asistieron los embajadores de los países musulmanes con representación en Teherán.

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