Río de Janeiro., El músico y pianista brasileño Sergio Mendes, que contribuyó a exportar la bossa nova al mundo, falleció a los 83 años en Los Angeles, informó su familia este viernes.

En un comunicado, la familia de Mendes dijo que el músico murió en paz la víspera en su casa de Los Ángeles, rodeado de su esposa y sus hijos.

En los últimos meses, su salud se había visto afectada por los efectos del covid prolongado.

Lanzado a la escena brasileña a principios de los años 60 en plena ola de la bossa nova, Sergio Mendes alcanzó la fama rápidamente. Sus talentos como pianista y compositor de

arreglos despertaron el interés de Antonio Carlos Jobim.

Su dominio del jazz impresionó y el saxofonista norteamericano Cannonball Adderley escogió su formación, Sexteto Rio, para grabar el disco Cannonball #39 Bossa Nova en 1963.

En 1966, Mendes alcanzó un gran éxito internacional con su álbum Sergio Mendes & Brasil 66 y el desde entonces famoso Más Que Nada, adaptación de una canción de Jorge Ben.

Grabó más de 35 álbumes y salió de gira con grandes artistas estadounidenses como Frank Sinatra.

Descansa en paz, querido genio, dijo en Instagram Milton Nascimento, ícono de la música popular brasileña y una de las primeras celebridades en reaccionar a la muerte de Mendes.

Fueron muchos años de amistad, colaboraciones y música entre ambos, agregó.

A lo largo de su carrera, Mendes no dejó de explotar la inagotable veta de una música cautivante, en la que mezclaba hábilmente la cadencia de la samba, el groove del jazz, las sutiles armonías vocales de la bossa nova y el refinamiento del pop californiano.

Sin embargo, detrás del músico famoso y del aspecto comercial de sus temas, rayanas a veces en el easy listening, había un artista dotado de una gran espontaneidad.

Soy muy curioso, me gusta aprender, es por eso que hablo francés de oído”, aseguró Sergio Mendes en una entrevista con la Afp en París, en 2014.

La raíz de mi música es brasileña. En Brasil tenemos una bella diversidad cultural y musical, entre la música de Bahía, de Río de Janeiro, la música clásica, los ritmos llegados de África, destacó entonces.

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