Ciudad de México. El Instituto Nacional de Migración (INM) realiza esta noche un operativo para desalojar a los migrantes, en su mayoría haitianos, que llevaban varios meses acampando en la Plaza Giordano Bruno, en la colonia Juárez.

GALERÍA: Desaloja personal del INM a migrantes de Plaza Giordano Bruno

Al lugar los agentes migratorios arribaron con alrededor de 10 autobuses, y acompañados por Guardia Nacional, para llevarse a los migrantes, entre ellos familias con niños y niñas. Sin embargo, el personal del INM no ha informado a dónde serán trasladados.

Otra migrante originaria de Venezuela, que prefirió omitir su nombre, expresó que no se subirá a los autobuses del INM porque “es mentira” que les darán permisos de estancia en México. “Ellos a mí me agarraron cuando yo venía en camino (a la Ciudad de México) y eso mismo me dijeron la primera vez, y lo que hicieron fue regresarme a Tuxtla (Chiapas), cuando ya venía en San Pedro Pochutla, en Oaxaca”.

“No nos vamos a subir a los camiones. Gracias a Dios donde trabajamos los señores son muy buenos y nos dejaron quedarnos esta noche allá”, agregó la mujer, quien dijo que trabaja en la colonia, en la remodelación de un departamento.

Según comentarios de los mismos extranjeros les han dicho que serán llevados a “una estación migratoria”, mientras que en algunos autobuses se observan letreros con nombres de diversos estados, entre ellos Hidalgo y estado de México, donde se presume serían trasladados.

Este diario pudo escuchar que agentes del INM intentan convencerlos con el argumento: “Hoy mismo te damos tu residencia”, lo que para algunos de los indocumentados se trata de una mentira.

Pese a ello, otros, en su mayoría de origen haitiano, han decidido abordar los autobuses aunque aceptan que desconocen cuál será su destino.

Muchos otros también enfrentan complicaciones para comprender lo que los agentes migratorios les exponen, debido a que no hablan español.

Hasta ahora no se ha dado una versión oficial por parte del INM.

“Nos dicen que confiemos, que nos van a dar documentos”, dijo uno de ellos. Sin embargo, expresó que no “cree al 100 por ciento que eso sea verdad. Tenemos miedo, aceptamos (irnos) porque es la obligación, pero no porque creemos. Si nos dan papeles, qué bueno, sino también. No tenemos otra opción”.

En el lugar, las personas recogen sus escasas pertenencias de entre las carpas, reforzadas con plásticos, que fueron su hogar durante estos meses. También se observan todavía tendederos con ropa colgando.

Fotos: Víctor Camacho 

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