Madrid. Los partidos políticos cerraron la campaña electoral en Cataluña, donde este domingo se celebrarán elecciones autonómicas para renovar el Parlamento regional y elegir un nuevo Ejecutivo. Los dos favoritos para ganar los comicios representan propuestas diametralmente opuestas: el candidato del Partido Socialista de Cataluña (PSC), Salvador Illa, aboga por sepultar el largo periodo en el que ha primado la pugna por la independencia y consolidar un modelo de gobierno con más autonomía, y, la otra opción es la del ex presidente catalán Carles Puigdemont, el líder e impulsor del proceso de secesión unilateral de octubre del 2017, que realizó la campaña desde Bruselas, donde reside desde entonces por temor a las actuaciones de los tribunales españoles en su contra, y que ha centrado su campaña en impulsar un nuevo camino hacia la independencia definitiva.

El socialista Salvador Illa parte como el gran favorito para ganar los comicios. El ex ministro de Sanidad del gobierno de Pedro Sánchez durante la pandemia se ha erigido como el valuarte del proyecto socialista en Cataluña, al proponer un proyecto propio que entierre definitivamente el proceso soberanista. A pesar del auge de Illa en las encuestas y en la sociedad catalana, su resultado más esperanzador (entre 40 y 43 diputados) será insuficiente para la formación de un gobierno, con lo que tendrá que pactar con otras fuerzas. Probablemente la independentista Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que sufrirá el desgaste de cuatro años al frente del gobierno y lo más probable es que su líder, Pere Aragonés, no alcance la reelección. Y con la coalición de Comuns Sumar. Entres los tres partidos podrían llegar a sumar los apoyos suficientes para reeditar un nuevo tripartito de izquierda, similar al que gobernó Cataluña entre el 2006 y el 2010, con el también socialista José Montilla al frente.

Mientras que Puigdemont, que vive en Bélgica desde noviembre del 2017, ha realizado toda su campaña a la distancia, sin participar en los debates de los candidatos (a los que enviaba a compañeros de su partido) y que defiende su regreso a Cataluña como una forma de “restituir” la “legitimidad” que había en el 2017 y que, a su juicio, fue proscrita por los tribunales españoles. Su principal baza es el voto independentista, que según las encuestas sigue siendo mayoritario en Cataluña. A diferencia de Illa, Puigdemont tiene como principal objetivo de su gobierno el retomar con más brío el proceso de independencia del Estado español. 

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